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viernes, 4 de diciembre de 2009

SÁBADOS LITERARIOS DE MERCEDES





CUENTO DE NAVIDAD

LOS ABRIGOS

Había una vez una niña muy pobre; pero que muy pobre. Fijaos si era pobre que los únicos guantes que tenía estaban agujereados por todos los lados. Bien, pues como os decía esta niña vivía con sus cinco hermanitos y su madre en una pequeña casa hecha con tablas y cartones. Su padre las dejó abandonadas de la noche a la mañana y pronto se vieron abocadas a la miseria. Disponía de muy poca cosa para comer y, aunque su madre se pasaba todo el día fuera realizando faenas en otras casas, no les llegaba ni para una taza de caldo.
Laura, que así se llamaba la niña. mientras la madre estaba fuera cuidaba de sus hermanos. Apenas iba al colegio y muchas veces la asistenta social venía a buscarla para que asistiera a clase; ella no quería porque sus hermanitos se quedarían solos. La situación era penosa y la madre no podía hacer nada para mejorarla, porque no disponía de medios para que alguien atendiese a los niños; ella apenas disfrutaba de tiempo para estar con ellos. Un día, los servicios sociales consiguieron encontrarla y le pusieron un ultimátum. Los niños no permanecerían solos ni un día más o no tendrían más remedio que llevárselos. Juani comenzó a llorar, ¿qué haría ?, no podía perder a sus hijos...
La navidad se acercaba y las calles presentaban sus mejores galas para esas fechas tan señaladas. Era veintitrés de diciembre y Juani decidió salir a pasear con sus cinco hijos. Los vistió, los peinó y con la cabeza muy alta, todos de la mano, comenzaron a andar por todas aquellas calles tan bonitas. Los niños abrían los ojos como platos, embobados por aquella sensación que les invadía de felicidad; pero pronto el frío les empezó a calar los huesos y la felicidad empezó a empequeñecer. Sentados en un banco, observaban todo aquel espectáculo, tan absortos estaban que no se fijaron que un joven se sentó junto a ellos, con una bolsa en la mano de unos grandes almacenes.
—¿Parece que su hijos tienen un poco de frío?
La mujer reaccionó asustada
—Bueno, es que aquí sentados se queda uno helado.
El hombre, que vio como los pobres niños iban vestidos, reaccionó rápido.
—Si me permite les voy a hacer un regalo; no hay para todos, pero eso lo solucionaremos.
Sacó de la bolsa dos abrigos recién comprados y se los dio a los niños. La mujer lo miró con sorpresa:
—No, no lo puedo aceptar, seguro que son para sus hijos.
—Lo ha adivinado. No se preocupe, ellos lo necesitan más, y ahora acompáñeme que los otros tendrán el suyo.
Aunque al principio se resistió, la mujer después aceptó y se acercaron al gran almacén donde aquel señor les compró abrigos para todos. Después los convidó a tomar un chocolate. Allí sentados la mujer le cogió confianza y comenzó a explicarle su situación. Resultó que aquel hombre era ni más ni menos el dueño de una fábrica de ropa; tenía dos hijos y su mujer hacía dos meses que había fallecido, lo tenía todo; sin embargo, era la persona más infeliz de la tierra, hasta el momento en que vio a Juani con sus cinco hijos abandonados a su suerte. Necesitaba hacer algo por ellos; primero fueron los abrigos, y no todo se iba a quedar allí en un simple gesto, le buscaría un trabajo a su madre en la fábrica y, con lo que ganase, ayudándole él un poco, contrataría una canguro para que llevara y trajera a los niños de la escuela.
Aquella madre no podía creer lo que le estaba pasando; no le quitarían a sus hijos, y todo por ese hombre; porque, aunque parezca mentira, aun quedaba buena gente en el mundo. Sí, a partir de ahora estaba segura, su vida tomaría un rumbo mejor hacia el futuro.

21 comentarios:

Ardilla Roja dijo...

Hola Carmen!

¡Menuda historia!. Eso si que fue una feliz navidad. También se podría decir que el marido le hizo un favor al irse, de otra forma igual no conoce a ese señor.

Un abrazo con brillo de espumillón.

tag dijo...

Yo tambien pienso que siempre hay gente buena en el mundo.
No tanta como debería, pero es bonito pensar que esto puede suceder.

Un besito

Mar Cano Montil dijo...

¡Qué bonito Carmen!

Ojalá el espíritu de la Navidad sucediera todos los días...estoy segura de que habría muchísimas más "Juanis" afortunadas y tendríamos un mundo con más Amor y buenos sentimientos.

Un placer visitarte, feliz adviento desde "Mar adentro".

Paulys dijo...

Carmen los cuentos de navidad a veces son medio amarguitos, pero siempre tienen una esperanza, como si la estrella del árbol de verdad tendría magia, la tendrá? Un besote

M.A dijo...

Genial, Carmen. Esa es la mágia de la Navidad. Tu cuento tiene todos los ingrediente y no le sobra ni le falta nada. Muy tierno. Enhorabuena.
Me lo llevo para un proyecto ;)(Ya te contaré).
Besos calentitos.

María José Moreno dijo...

Hola Carmen, al leer tu historia me he acordado de la cerillera aunque ese cuento no tenia un final feliz y el tuyo si. Lo pobreza es algo difícil de erradicar y precisamente ahora nos va a tocar vivir situaciones de estas de nuevo. Espero que el espiritu de la Navidad llene nuestros corazones de solidaridad.
Un beso

Natàlia Tàrraco dijo...

Carme, te felicito, eso sí que es "espíritu de navidad" más hallá del 25 de diciembre.
Eso es actuar, nada de conmiseración momentánea o de dulces pensamientos, es actuar ante lo que nos rodea, basta echar un vistazo.
Me pregunto si lo hacemos o miramos para otro lado. Gracias por esta reflexión bien escrita y comprometida. En esa navidad hay que creer, bsito cariñoso.

Anónimo dijo...

LECHES Y LECHES¡¡
ESTABA SEGUR0 QUE L0S CUENT0S DE ESTE SABAD0 IBAN A SER TRIST0NES...
SABES, CARMEN, SABES...MIRA, TE CUENT0 UNA C0A ANTES.
AYER ME DESPERTE PR0NTISIM0 Y AUNQUE ELL0 EN MI N0 SIGNIFIQUE ME LEVANTE PARA...ME LEVANTE DE LA CAMA, ABRI EL 0RDENAD0R 0TRA VEZ DENTR0 D ELKA CAMA...¡Y TENIA UNA FELICITACI0N DE NAVIDAD PRECI0S!
L0S PEQUEÑ0S MILAGR0S EXISTEN, CARMEN...INCLUS0 L0S GRANDES, C0M0 EL DE TU CUENT0
UN BES0

XoseAntón dijo...

Me gusta, tiene ese magia de los clásicos y, además de las luces de navidad, "reparte" un poco de justicia y nos muestra que no todos somos iguales.

Gracias por la parte que nos toca a nosostos los hombres.

Bikiños

mar... dijo...

Precioso Carmen,
este si que es un cuento con espíritu navideño, y estoy segura de que en realidad hay mucha gente así por la calle pero no los conocemos.
Me ha encantado
Un beso de Mar

casss dijo...

Como ya lo han dicho: un verdadero cuento de navidad, con la cuota de realidad que ojalá exista y en generosa medida.
Que esta próxima navidad nos abra bien los ojos para ver a los que están cerca y pueden recibir de nosotros un poco de amor del que necesitan.
un fuerte abrazo.

iñaki zaratiegui dijo...

Todavía queda gente buena, eso seguro. Lo que pasa es que la sociedad y sus trabas a veces nos quitan las ganas hasta de buscarlos.
Un saludo Carmen.

LA BIGOTA dijo...

Es un buen cuento. Muestra la gran sensiblidad de la autora y su exquisita ingenuidad... pero bueno esa es la magia de la Navidad. En realidad los dueños de los grandes almacenes en esos días, por muy tristen que puedan estar, están más pendientes de sus ventas que de la gente que se sienta en un banco. Desconozco como funciona esto del bus y los sábados. Aunque se nota que sois un grupo de buenas amigas/os con buena voluntad. ¿Podría sugerir qque el hombre que se sienta con los dos abrigos se había gastado sus ahorros de todo el año para dos abrigos de sus hijos y...se los entregó a la mujer. Los pobres son solidarios con los pobres; los ricos con los ricos, por eso existen los "Lobies". Soñar es gratis, y ese parece ser el espiitu de los viajeros del bus.
Te felicito por escribir bien y por ser buena. A mí me cuesta trabajo ser las dos cosas.
La bruja Bogita.

Teresa Cameselle dijo...

Qué bonito. Si todos fuéramos tan generosos de ayudar, con lo poco o lo mucho que nos sobra, este sería un lugar mucho más digno para vivir.
Un beso, Carmen.

Alfredo dijo...

Un cuento de Navidad, al 100x100.

Un sueño realizado con frio incluido, seguro que de haber sucedido en Buenos Aires o Montevideo, habría tenido el mismo final feliz.

Besos

rosa_desastre dijo...

Si la Navidad fuese un milagro de trescientos sesenta y cinco dias, cuantas cosas se podrian arreglar...
Tantos deseos, tantas realidades.
Un beso

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Ojalá las tristes historias reales lograran encauzarse de alguna manera tan positiva!...dicen que en Navidad todo puede ser posible!...quizás así lo sea!

un abrazo!

Anónimo dijo...

Hola Carmen, de tour con atraso.
Me ha emocionado mucho tu relato, hasta ahora he llorado con Gus y contigo. Que haya gente solidaria me emociona mucho aunque sólo sea ficción.

Besos y si no nos volvemos a cruzar, buen comienzo de año

Anónimo dijo...

- Alguien no tuvo problemas a la hora de afrontar la convivencia con extraños. No le importa entonces, el uso algo distinto del idioma, ni lo hàbitos de higiene, ni la manera de resolver situaciones que con el trato se han creado...
- La vida, con todo puede ser muy puñetera.
- No, si yo soy muy valiente. Hay gente que ha sacado estos asuntos adelante.
Asì quien adopta y aguanta los tirones iniciales.


Carmen, tu relato me ha resultado sorprendentemente estimulante. Felices fiestas, un abrazo,

Tèsalo

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Gracias a todos y todas, la verdad es que yo, cuando viene la navidad me viene el espíritu navideño y eso se ha notado en la historia. Desde luego que me gustaría que fuera real; aunque en el fondo siempre creo que hay buenas gentes en el mundo capaces de darse a los demás no solo en navidad.
Mercedes ya medirás en que consiste el proyecto.
Un beso a todos y todas.

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Yo creo que no hace falta ser tan rico para ayudar de la misma forma, con tal de tener algo para dar, bonita historia sobre la generosidad,

Un saludo y Feliz Navidad,
Juanma