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miércoles, 28 de agosto de 2013

ESTE JUEVES...RELATO

         IMAGINA EN EL NOMBRE DEL AMOR

De nuevo en casa y dispuesta para el tema de esta semana. Un tema que de seguro dará mucho de si.

 
Existen muchos actos que se realizan en el nombre del amor;  no sólo del amor de pareja sino del amor al prójimo, incluso dejando la vida en el camino Es verdad que son pocas las personas capaces de llegar a estos extremos; pero las hay. A veces cuando está todo perdido, cuando la esperanza se ha agotado, llega algo o alguien que puede cambiarlo todo.  Estoy pensando en un suceso ocurrido hace poco, el accidente de tren cerca de Santiago. Esos vecinos de Angrois, que olvidándose de todo, hasta de ellos mismos saltaron a las vías para paliar el sufrimiento de aquellas personas que pedían ayuda desesperadamente. Estoy pensando también en una persona que ahora mismo se debate entre la vida y la muerte, -“Nelson Mandela”- que después de pasarse veintisiete años en la prisión, cuando salió, no le movió el espíritu de venganza, sino el de la reconciliación, buscando afanosamente hacer morir los odios y conseguir renacer el amor entre dos razas que parecían irreconciliables. Él hizo un alto en el camino y decidió cambiar el rumbo de su vida y el de los demás. ¿Hay mayor acto de amor que éste? No hay que imaginar, sólo saber mirar a nuestro alrededor, seguro que encontramos muchos ejemplos.

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miércoles, 7 de agosto de 2013

ESTE JUEVES...UN RELATO

                          

El tema que propusieron los reporteros me recordó un relato que hace poco hice,y aunque es un poco largo comparado con lo que yo escribo normalmente, ya me perdonaréis por esta vez. Estaré unos dias de vacaciones, así que  hasta la vuelta.
 
                  MEDIANOCHE EN EL DAILY


EL MENSAJE

Lo que más le gustaba a Raquel de la Universidad era el trayecto en metro, sobre todo el trasbordo en Cataluña, de la Línea 1 a la Línea III hacia Zona Universitaria. La gente sale del metro, a paso ligero baja unas escaleras y se introduce por un túnel que se asemeja a una nave espacial, con todos sus habitantes caminando como robots. En ese instante sentía algo especial, una especie de energía que desaparecía cuando abandonaba  aquel lugar. Le gustaba esa sensación; aunque después se le olvidaba por completo.
En cuanto a la universidad, no era como esperaba, encontraba poca diferencia con el instituto; después de tres meses, se pasaba más tiempo en la biblioteca que en las clases, sólo asistía a la que los profesores le aportaban algo y le enseñaban de verdad. Sin embargo no quería abandonar, esperaba que aquello cambiara con los años.
Aquel día se dispuso a traspasar aquel túnel interplanetario del trasbordo, y regresó aquella sensación tan particular. Esta vez fue más fuerte, con una especie  de pinchazo en la frente que casi le hace caer. Salió del túnel; pero la sensación no desapareció. En apariencia todo seguía igual; personas caminando hacía su nuevo destino y un metro que los esperaba. Se abrieron las puertas, entró, y ya en la primera parada se dio cuenta de que no era la de siempre, tenía otro nombre. No le sonaba ninguna de las caras que veía, y la gente llevaba una ropa algo extraña y uniformada;  sólo cambiaba el color: pantalones negros como de licra muy ajustados, camisetas azules, naranjas, rojas, amarillas y verdes. Lo que ya le puso en máxima alerta fue que darse cuenta de que ella tenía igual aspecto que los demás. ¿Qué significaba aquello?,  no entendía nada. Observó que la mayoría bajaba en una estación que se llamaba “APARADORES” y decidió imitarlos.
Al salir del vagón, le sorprendió un gran vestíbulo rodeado de escaparates de negocios de todas clases, donde comenzaban a entrar muchos de los individuos que descendieron del convoy. Al  llegar a la calle, la luz del sol casi le ciega por el reflejo de los infinitos vidrios que formaban escaparates de todas clases, como una continuación de la estación del metro APARADORES, un nombre muy apropiado. Todas las personas iban entrando en los diferentes aparadores que encontraban. Y ella ¿hacia dónde se dirigía? Confiaba que lo supiera.
Comenzó a mirar los negocios que se escondían detrás de aquellos aparadores, el primero que encontró se llamaba “REFLEXIONA”, ¿qué raro?, pensó. Vio en el escaparate libros de filósofos: Rousseau, Platón, Descartes y otros más. Más adelante encontró otro que ponía: “SER IMPULSIVO”, con televisiones llenas de imágenes de peleas y guerras. No, ése no era su camino. Continuó, sin parar hasta uno que se llamaba “LA RAZÓN”; dentro se encontraban personas que delante de un micrófono daban discursos cargados de razones, como si la suya fuera la única verdadera. Raquel dio un paso hacia delante y en el último momento decidió retroceder. Siguió su camino hasta otro que decía “ARROGANCIA”, dentro se observaban individuos mirándose a un espejo, rodeados de aduladores. No, tampoco era su opción. Continuó y llegó a otro aparador cuyo nombre era “CORAZÓN”. A través del vidrio se veían personas que  dedicaban su vida a ayudar a los demás, sus caras se iluminaban con una sonrisa que lo decía todo. Este era su sitio, entraría. Se acercó al vidrio sin puerta, aproximó la mano y esta se hundió tras el cristal y su cuerpo fue detrás. De pronto se reconoció de voluntaria en un taller de disminuidos psíquicos, un trabajo duro para el que debía estar bien preparada y ella no lo estaba; aunque lo intentaba, no bastaba el corazón. Lloraba y no se sentía capaz de llevarlo a cabo. Quería salir, se había equivocado. De pronto, una voz le dijo: Cierra los ojos y piensa en desaparecer. Así lo hizo, y enseguida se vio fuera. Aliviada, siguió su camino sin saber cuál sería su destino. Sus pasos se detuvieron en un aparador que decía: “RAZÓN CON CORAZÓN”. Dentro se observaban personas estudiando, y un profesor que les enseñaba conocimientos y valores. No se lo pensó y otra vez atravesó el vidrio; para su sorpresa se encontró nuevamente en el metro, en esta ocasión el de siempre, llegaba a Zona Universitaria, donde como cada día le esperaba su facultad.
Bajó del metro y comenzó a pensar en el mensaje que había recibido, su destino pasaba por continuar los estudios, prepararse bien y dedicarse a los demás como siempre soñó. Le daría una nueva oportunidad a su vida.

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