Aunque hace tiempo oí un caso
parecido, este relato y la realidad tiene poco que ver; sin embargo hemos de
recordar que a veces la realidad supera la ficción.
-Teatro, lo tuyo es puro teatro. Esto lo hemos escuchado muchas
veces de algunas personas, e incluso que
lo hacen tan bién que se lo acaban por
creer.
María, vivía pendiente de no mostrarse como
era a los demás, no se sentía cómoda con su realidad, y se inventó un
personaje, con unos estudios y unos
títulos que no existían. Su papel lo realizó de una manera impecable. Falsificó
papeles y trabajó durante años en un
oficio que no era el suyo; pero del que tenía una mínima experiencia porque
estuvo mucho tiempo en una consulta particular ayudando a un médico, era muy
observadora y pronto se hizo con la jerga médica y aprendió lo imprescindible
para poder imitar al que había sido su maestro. De un día para otro se despidió
y se cambió de ciudad comenzando una nueva vida. Abrió una consulta y colocó en la pared unos títulos inexistentes y
lo peor de todo es que coló. Muchos pacientes cayeron en sus manos, su trato
afable la hizo popular y nunca le faltó la clientela; pero como decía mi madre:
las mentiras tienen las patas muy cortas, y uno de los pacientes estuvo cerca de la muerte por una equivocación
que lo dejó de por vida con una dolencia crónica. A partir de entonces necesitó
realizarse diálisis para siempre.
El caso se llevó a los
tribunales, y lo triste, es que María a pesar de las pruebas en su contra,
siempre negó los hechos y se consideró una doctora en medicina en toda la regla,
e incluso con una soberbia fuera de lugar, retó a otros médicos a contradecir
sus conocimientos. Un caso donde el personaje pudo con la persona, y llegó un
momento que María se lo creyó de verdad:
-YO SOY DOCTORA EN MEDICINA
ESPECIALISTA EN EL APARATO DIGESTIVO, Y NADA NI NADIE ME DEMOSTRARÁ LO
CONTRARIO.
-¡Increible!
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26 comentarios:
De hecho han salido muchos casos parecidos en la tele, pero de inventarse lo que no se es, a jugar con la vida de los demás, hay un trecho muy peligroso. Creo que los enfermos en estos casos son los que pretenden curar sin tener ni idea del tema.
Un besito.
Muy buena historia. Me recordó un caso que todavía sigue estando en los estrados argentinos, de una doctora "trucha" como se dice por estos lares.
Tu personaje, sí se creyó el papel y nosotros tus lectores, creemos tu historia. Puro y buen teatro!!!
besos Carmiña.
uuuuuuuuuff por aquí ha habido varios casos de esos!...uno, quizás el más resonante por haber estado relacionado con gente de la farándula local trascendió especialmente, y a diferencia del de tu relato, sí hubieron muertos. Hoy la susodicha falsa médica purga condena por largo rato.
Un abrazo y gracias por sumarte!
Es que ralla lo patológico (el coco de la señora, digo).
Farsantes los ha habido siempre y, en ciertos campos, es especialmente peligroso.
De todos modos y por tu relato, inteligente, era. Quizá le hubiera costado menos tiempo sacarse la carrera de médico.
Un beso
!Increible! pero posible. Meterse en un papel que no toca hasta creérselo es muy arriesgado y puedes acabar mal del coco.
Podría haber escogido otro menester menos complicado, jugar a los médicos se hace de niño.
Buena idea Carmen para desenmarcarar una farsante muy peligrosa, haberlos y haberlas, haylos, petonet.
¡Madre mía! El papel de esta mujer llegó demasiado lejos, y lo peor de todo es que ya no sabía o no quería distinguir su verdadera persona del personaje que interpretaba. ¿Y dices que la realidad supera la ficción? Uff, en ese caso, ojalá que no nos topemos nunca con un médico falso porque ¡vaya tela! Un beso.
Conozco una noticia de un supuesto "médico" que hizo lo mismo... ¿Cómo puede uno creerse lo qué no es? las estadísticas, el ego, o que el papel le venía al pelo... Al final la falta de conocimientos llega y te descubre...
Besos!!
Que pena desperdiciar la inteligencia para hacer el mal, bueno no se si inteligente, pero listilla, si. Ojala no caigamos nunca en las manos de semejante teatrera.
Besos
Nos podemos poner una máscara, siempre que sepamos cuando quitárnosla. Un beso
vaya que este realto me resulta un tanto real pues por ahí se ven algunos casos que han dado en la noticias eee y más que hacer un teatro en doctorado de medicina hacen un gran teatro que hace un real daño
Pues sí, he oído casos de esos. Espero no caer nunca en sus manos.
Desperdiciar tanto talento en montar una vida falsa, al final se habrá perdido vivir la propia.
Un beso.
Que buena historia. Un caso no tan extremo es de lo que escriben libros de autoayuda y ante el menor cuestionamiento revelan su verdadera naturaleza.
"A manos de su empeño el tonto muere" decía JUan de Mairena a sus alumnos.
Machado dejó dichas un montón de grandes verdades en boca de su profesor apócrifo.
Lo cierto es que empecinamientos los hay buenos y malos, los buenos son el equivalente a las fe que mueve montañas.. los malos llevas a abismos como el que tu nos cuentas.
Hasta pornto
Gracias Ana, Cas, Neo Valaf,Natalia, Cristina, Matices,Rosa, Fabian, Maria,Leonor, El Lemiurgo y Sani,
Las personas a veces se meten tanto en su munco que acaban por creérselo, están efermos, está claro.
Un abrazo a todos y todas.
Parece ficción, pero por aquí cerquita hay un caso muy, pero que muy parecido, tetro y mascara entremzclados.
Besos Carmen.
Me has recordado un caso que estudia la protagonista de "La primera detective de Botsuana", de Alexander McCall Smith, en el que descubre algo semejante, pero más complicado. La novela te la recomiendo, deliciosa.
Besos Carmen.
Hay muchos casos así, no solo con la medicina sino con otras profesiones así, es que se creen tanto el personaje que olvidan que pueden terminar dañando para siempre a otra persona. Por suerte siempre caen, y son descubiertos.
Un abrazo.
Una loca, peligrosa además, porque cualquier cosa puede arreglarse pero una vida que se pierde no.
Conozco casos parecidos, incluso el de una tipa que se hizo muy famosa por estar de novia con un conductor de la tele. No tenía ni título ni nada y murió gente por la medicación que recetaba.
Buen ejemplo de máscaras, de las peores que puedan existir.
un abrazo
Ojo con andar disfrazándose, al final de tanto uso se adhiere y se vuelve piel. Nuestra protagonista se repitió tantas veces la mentira que terminó convenciéndose de que era una verdad. Como termina el relato, lo suscribo; increíble!!!
Que sí, que hay gente así. A mi me da igual como se pongan la careta y lo que hagan, ahora bien, cuando esa actuación repercute en terceras personas, me parece indigno y deleznable.
Bss.
Parece increíble pero es cierto, llegamos a interiorizar un papel que ya no sabemos vivir sin interpretarlo. Siento algo de lástima por la protagonista de tu relato. Es como vivir en otro universo, alejada de la realidad.
Un abrazo :)
Gracias, San, Sindel, Luis, Mar, Juan Carlos, Anyy Esilleviana. Seguro que hay casos así, y es que la persona es más complicada de lo que parece y puede llegar a hacer cosas nimaginables.
Un abrazo a todos y todas.
Hemos coincidido en el inicio, Carmen y es que efectivamente, la vida es puro teatro...
Yo he conocido un caso de un personaje que se hacía pasar por médico y trabajaba en una residencia de ancianos, hasta que los compañeros detectaron "cosas raras" e investigaron un poco.
Terrible que pasen esas cosas.
Muy bueno tu relato.
Ah! ya tengo ganas de leer tu novela que seguro que a mi hijo le encanta.
Un beso.
Una mitómana. Crea la mentira y se la termina creyendo y defendiéndola contra viento y marea.
Un beso
Los "delincuentes" que ejercen una profesión (casi siempre relacionada con la salud) sin tener una titulación y/o unos mínimos conocimientos son algo muy extendido. Hay muchas denuncias, incluso programas televisivos que los graban “in fraganti” con cámaras ocultas, y aún así parece un negocio que vaya en auge; para la desgracia de las personas que puedan caer en sus manos y quedan con secuelas para toda la vida (o la muerte).
Lo de creerse el papel ya me parece rayar el la demencia.
Un saludo
ibso
Esta es la máscara más peligrosa que he visto, por ahora.
Si en lugar de abrir consulta se hubiera metido en política... :)
Un abrazo Carmen, un relato muy actual.
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