Una brisa suave deleitaba mis
oídos, mientras paseaba por aquel campo de amapolas. El silencio reinaba en aquel inmenso campo. Me agacho y cojo una
flor, la huelo, tiene un perfume suave, se
deshacen todos los pétalos en la mano. Un susurro casi imperceptible
resuena a través de mis dedos, mejor las dejo en su sitio, se disfruta más
viéndolas con las de su especie. Se acentúa el sonido de mis pisadas aplastando
aquellas finas hojas que rodean las amapolas, es como un CREK ligero, que
inunda aquel silencio ciertamente sonoro, porque el silencio también se oye,
debemos vaciar nuestra mente de todo lo que llevamos dentro y disponernos a
sentir cualquier cosa, desde un suave rumor, hasta el imperceptible silbido de
una pequeña lagartija, moviéndose con rapidez por todo aquel marasmo de plantas
silvestres. ComienJza también a oírse alguna chicharra que donde calienta más el
sol, se siente aquel chirrido que se introduce
en tu cerebro; menos mal que el calor no está en pleno apogeo.
Regreso a mi urbe, y desde luego
allí los sonidos primaverales cambian bastante, y se convierten en uniformes,
bocinas y motores son los principales, y sobre todo olores, muchas olores; pero
hoy hablamos de sonidos, esperemos que
pronto se parezcan un poco más a los del
campo.
MÁS SONIDOS OTOÑALES Y PRIMAVERALES DONDE EL
24 comentarios:
Un magnifico paseo por el campo. Besos.
Casi que oí esos sonidos.
Ojalá, pero me temo que es el campo el que sonará más a ciudad....
Un abrazo.
siento ruiditos y silencios armonizando en tu primavera.....
es así Carmen, como las estrellas que se ven más nítidas y brillan más en el campo.
tu deseo es el mío.
besos
Veo difícil que los sonidos de la ciudad se asemejen a los del campo, pero de ilusión también se vive.
Me temo que tu deseo final, no se cumplirá.
!Y esperemos que no tengamos que ver la primavera en un parque temático!
Un abrazo.
Qué bien suena el silencio. Carmen me ha gustado pasear contigo entre las amapolas.
Besos.
No hay nada como un paseo primaveral en plana naturaleza. Si se tiene la antena acostumbrada, la cantidad de matices que despiertan es asombrosa.
Un beso
Gracias Emejota, Demiurgo, Censura Lao Cass,Tracy, Juan L, Leonor y Valaf. Esos sonidos, siempre presentes; pero que pocas veces escuchamos.
Un abrazo
Todo un paseo de sensaciones, donde los sonidos naturales buscan acaparar y seducir. Preciosa descripción, sin dudas, no hay como la naturaleza para ser disfrutada a pleno, ya, entrando en la nube urbana, la cosa suena distinta.
Besos!
Gaby*
El silencio sonoro que describes, hace de la primavera su canción, porque cerrar los ojos e imaginar todo lo que la naturaleza tiene para decirnos es glorioso.
Me encanto y mucho.
:)
Las amapolas tan frágiles como bellas, justo igual que los sonidos del silencio.
Un beso
Gracias Cecy, Gaby y Rosa. Los sonidos del silencio, es el principal sonido, sólo hay que saber escuchar.
Un abrazo
La diferencia de los sonidos en la naturaleza y en la ciudad, lo plasmaste muy bien, además de hacernos sentir cada uno de esos sonidos como si estuvieramos allí.
Un beso.
Gracias Sindel, eso he intentado, que nos parezca que estamos en el lugar y sentimos lo mismo.
Un beso
Sin duda, tu texto enciende las ganas de salir corriendo del mundanal ruido...
Efectivamente es en el campo donde los sonidos personalizan una época, un momento diferente también de colores.
La ciudad desgraciadamente no aporta nada especial, sonidos oscuros e incomodos, sin ubicación estacional.
Besos
Gracias Auxi y Alfredo, sólo es cuestión de saber escuchar.
Un abrazo
Ay sí!, se extrañan en la ciudad los sonidos y olores del campo! Me gustó tu recorrido auditivo Carmen, te mando un beso
Me gusta esa invitación que nos haces de vaciar la mente del barullo cotidiano, para concentrarnos en los sonidos imperceptibles a los que no siempre les prestamos atención.
También me gustó imaginarme ese lugar florecido de amapolas.
Un beso!
Qué maravilloso paseo te has dado!Tengo ganas de hacer algo así ya, disfrutar de los sonidos del campo...
Gracias Mamaceci, Loquita y Charo. Efectivamente, si se vacia la mente, podemos escuchar hasta el silencio.
Un abrazo
Es recomendable para nuestra salud mental encontrarnos cara a cara con la naturaleza y sus sonidos de vez en cuando. Incluso de ese sonido del silencio que a veces podemos disfrutar en plena naturaleza. Nada que ver con la contaminación acústica que se ha adueñado de la mayoría de nuestras ciudades.
Un abrazo.
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