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miércoles, 20 de julio de 2011

ESTE JUEVES, RELATO



SACRIFICIO


María le decía a su hija:

- Natalia si quieres ser algo en esta vida, has de sacrificarte. La chica con cara interrogativa la mira y le dice:

-Si sacrificarse es no salir sábados ni domingos, de eso nada, si no salgo ahora que soy joven ¿cuándo lo haré?.

Le gustaba tanto salir, que sus planes no podían echarse a perder por nada del mundo: Cuando un día quedaba con unos amigos, mañana con otros y así sucesivamente; o sea que no disponía de tiempo para estudiar y cuando tenía tiempo no tenía ganas. El graduado por supuesto no se lo sacó, ni aun repitiendo un año. Era muy joven para darse cuenta del error que cometía, sus prioridades eran claras, divertirse, divertirse y divertirse; ya le pagarían sus caprichos sus padres. No contaba con que su padre se iba a quedar sin trabajo, la crisis, la maldita crisis y su madre le volvía a decir:

-Hija mía todos nos hemos de sacrificar, no hay dinero y tu papá se ha quedado sin trabajo.

Eso no lo entendía, ella no quería trabajar, aunque no hubiera mas remedio, esclavizarse ocho horas diarias no iba con ella. Su pobre madre si que se sacrificaba, era la única que trabajaba haciendo faenas; pero con lo que ganaba llegaba a final de mes. Puede ser que ella hubiera tenido la culpa de que su hija no valorara lo que era verdaderamente importante, puede; pero es que no dispuso de tiempo para criarla, siempre trabajando, y ahora, quizás era demasiado tarde, no comprendía nada de lo que pasaba

Sin embargo la vida nos da sorpresas que nos hace cambiar de la noche al día. Un buen día María de la manera más tonta se resbaló y cayó con tan mala fortuna que se dio un golpe en la cabeza y murió en el acto. Fue algo tan inesperado que el padre fue incapaz de superarlo y la hija, frente a lo que se pudiera esperar estuvo a la altura, es como si se hubiera despertado de golpe. Protegió a su padre, trabajó y se sacrificó por los dos, aunque fue una pena que sucediera algo tan cruel para que se diera cuenta lo que era la vida.

21 comentarios:

San dijo...

Por unos motivos u otros protegemos demasiado a nuestros jovenes, todo lo tienen ,sin comprender que hay que sacrificarse para poder disfutar de las comodidades que ellos disfrutan. Una forma dura de afrontar la cruda realidad.
Un abrazo.

Matices dijo...

Es la "generación nini" ni estudian, ni trabajan. Ultimamente el exceso de trabajo y entre comillas el abandono forzoso de estos hijos se ha paliado con caprichos y pocos valores. Algo no haría mal esta madre cuando la pequeña abrió los ojos, aunque fuera tarde.

Besos

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Si, es caso extremo; pero es posible que pasen estas cosas.
Un abrazo a las dos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

La vida nos da sorpresas,algunas gratas, otras no tanto. Quizás hay sido por la educación que recibimos las generaciones maduras -en general crecimos en estado de carencia, o por lo menos, justeza- por lo que sabemos valorar lo que tenemos más que la mayoría de nuestros hijos. No es el de mis hijas, por suerte, que han aprendido desde chicas que nada cae de regalo en esta vida y que cada quien se va construyendo su propio camino.
Lamentablemente hay muchos chicos convencidos que sus padres tienen la obligación de mantenerlos satisfaciendo todos sus caprichos y que lo suyo es sólo divertimento.
Por suerte al personaje de tu historia, si bien gracias al dolor, le llegó la hora de la responsabilidad y la supo asumir.

Un abrazo juevero.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Salir adelante... con lo que tengo igual no sería suficiente. Es importante la presencia de alguien en mi vida.



Tésalo

Juan Carlos Celorio dijo...

Lamentablemente frecuente el caso que nos expones, se destierra el sacrificio y prevalece el placer. Sigo pensando que el mejor placer es el que se consigue con sacrificio.
Besos Carmen.

Lupe dijo...

La vida avanza mucho más rápido de lo que podemos asimilar. Desde hace muchos años pienso que la profesión de padre es la más difícil del mundo. Hoy en día, más. Por eso hay que sembrar sin descanso, a punto de quitar, se está siempre.

El paso del tiempo y las circunstancias personales de cada cual, van llevándonos a la lógica.

Un abrazo grande.

Maat

Manuel dijo...

Ufff, la adolescencia, que etapa mas dificil, no hay visión de que el futuro está a la vuelta de la esquina, viven en el eterno presente hasta que algo les hace cambiar el chip y de repente maduran de la nocha a la mañana.
Los padres solo podemos ponerles las opciones y el ejemplo, lo demás deben ser ellos quienes lo asuman.
Un beso

CARMEN ANDÚJAR dijo...

La verdad es que es una edad dificil, y algunos no asumen las dificultades, supongo que los sobreprotegemos mucho.
Un abrazo Tésalo, Juan Carlos, Maat, Neogémenis y Manuel

Primavera dijo...

A veces no es culpa toda de los hijos, es de la mala enseñanza de que todo le venia de sus padres sin necesidad de hacer nada...hasta que un dia de golpe se abre un mundo desconocido donde tu solitos tienes que afrontar la vida.
Primavera

yonky dijo...

Crudo,un relato realista que describe el entorno circundante para darnos un llamado de atencion.

cariñitos estimada Carmen

Unknown dijo...

ufff...que anécdota... muy buen relato para este jueves... no hay que esperar tanto para comenzar a sacrificarse un poco...no hay que esperar la vida sentado... un beso. genial tu relato!

casss dijo...

Posiblemente el costo del aprendizaje, a veces puede superior al sacrificio que podríamos haber empeñado en un primer momento.
Para algunos ya no hay oportunidad, en tanto otros pueden recapacitar y empeñarse en una vida mejor.
Un relato con final dramático y enseñanza a cuesta. Me gustó.
Un fuerte abrazo

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Gracias, Primavera, Yonky, Gastón y Cas. El final es un poco dramático; pero a veces los golpes duros te hacer cambiar totalmente de vida, es una pena.
Un beso

Alfredo dijo...

El relato es claro y su contenido y mensaje son tan entendibles como probables.

En este caso lo que se ha contado y como se ha contado van de la mano.

Besos

Anónimo dijo...

A veces nos da la sensación de que de poco sirven las enseñanzas que transmitimos a los hijos, a tenor de como se comportan. Sin embargo, no es tarea inútil. Cuando llega el momento extremo en que se ven abocados a tomar resposabilidades, a menudo suelen afrontarlas con una sorprendente entereza.
Un abrazo.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Supongo que el dicho de "Predica que algo quedará" va bien para este caso aunque sea tarde.
Gracias Alfredo y Pepe por vuestros comentarios.
Un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Amiga Carme, perdona el retraso, me he estado "situando" unos días y ya me encuentro tranquiii en Galicia, ante la mar.

La palabra sacrificio tiene connotaciones casi místicas, yo lo llamaría comprender, madurar, entender, vivir mirando alrededor, tomar decisiones, no creerse el centro del universo, querer.
Mi tocaya por fin le entró a la vida para estar a la altura, la felicito, te felicito por este relato tan real con un final positivo, esperanzador a pesar del sufrimiento, ese que la despertó del ensueño.
Petons saladets i fins aviat.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Gracias Natalia. Espero que estés disfrutando de tu estancia en Galicia.
En cuanto al relato, supongo que es esperanzador, porque al final aunque sea de esta manera tan cruel ,aprendió
Un petó

Anónimo dijo...

hoy estaba hablando con una amiga de esas que vienen en verano a la hora de mi almuerzo. me decía que su hijo no es de salir con amigos, que le dice a su madre que se ríen de él...en cuanto me contó esta historia, salté como un lobo: en mi infancia y hasta los 14, que yo recuerde, era así, como su hijo. pero fue salir a estudiar b.u.p. a un colegio de un pueblo de zamora y ya no entarba en casa. ¡¡siempre hay un momento en el que la normalidad se instala en el ser humano!! así se lo dije a mi amiga...así te comento yo a tu jueves: siempre la normalidad se impone...bueno, casi siempre...
medio beso, carmen.