MI ÍDOLO
Guapo
y con éxito, quería ser como él. Cantaba bien, siempre se lo habían dicho, sólo
le faltaba un golpe de suerte. Lo de estudiar no le iba, mejor el dinero fácil,
¿Para qué tanto esfuerzo? Para tener un trabajo de pena, con un sueldo con el
que no le alcanzaría para nada.
Se
presentó a un casting; pero aquella gente ni se dio cuenta de lo que se
encontraba delante de sus ojos, ni lo miraron, ¿Qué se creían? Detrás de esa
primera prueba vinieron otras, con idéntico final, ¿Cómo era posible?, él era
igual que su ídolo, lo imitaba a la perfección; sin embargo ese jurado de
chichinabo no lo veía así, decían que no era original, sino un simple imitador
que no tenía personalidad. No podía ser, se quería morir.
Llevaba
todo el día sin apenas comer, su madre se sentía preocupada, porque se encerró
en su habitación y no le abría la puerta. Al final el silencio era absoluto y
el padre decidió entrar por la fuerza. La estampa que se encontraron fue
esperpéntica, su hijo tirado sin vida encima de un póster de su ídolo, iba
maquillado, vestido y peinado como él, y casi no se distinguía el original de
la copia. Por fin consiguió ser como él
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20 comentarios:
Esto es sólo un relato, pero no creas que no habrá casos que pasen casos similares.
Hola!!
Una realidad que enfrentan muchos fanáticos, el idolatrar pasa limites que no tienen retorno.
Muy intenso, me gusto.
Gracias por participar!
Besos
un relato bastante real Carmen!!!!!
Wooommm !!!!
creo que muchas veces suele suceder, sobre todo en chicos adolescentes
Es lo que pasa cuando se interpreta un papel que no es el tuyo. Las imitaciones solo hay que dejarlas para los humristas.
Un fuerte abrazo querida amiga.
Gracias Tracy, Judith, Lao Maria y Montserrat. Es un extremo; pero los adolescentes distorsionan muchas veces la realidad.
Un abrazo
Ah, esos triunfitos elevados a la máxima potencia han hecho mucho mal y seguirán haciéndolo...
Un abrazo, compañera.
Muy realista, una pena para los padres darse cuenta tan tarde. Besos.
Es fácil dejarse embaucar e ilusionar con el fantasma del éxito rápido, huir de la disciplina del esfuerzo y el trabajo. Abundan los dioses de tres al cuarto que nos llevan a pensar que triunfar es fácil y cómodo. La frustración posterior puede desembocar en situaciones como la que describes.
Un abrazo.
Vero tienes toda la razón, lo triunfitos tienen mucha culpa de que se crean que todo es tan fácil.
Emejota, a veces los padres son los últimos en enterarse, o no quieren enterarse.
Pepe, se ha perdido mucho el valor del esfuerzo para conseguir unas metas, y nosotros los padres tenemos mucha parte de culpa.
Un abrazo a los tres.
Hay etapas de la vida en que se pierde un poco el rumbo, los astros pasan a ser el centro de interés y el querer ser como ellos (quizá por no encontrar su propia identidad) casi una obsesión. Tu lo has contado al punto de que esa idolatría suene inquietante y hasta preocupante. Muy bien contado! El final, para dejar los pelos de punta!
Besos:
Gaby*
Que triste final... por un ídolo...
Un beso.
En la etapa de formar personalidades, a veces se busca la figura ideal del ídolo, frustración segura, no es uno mismo, es falso. Pero ocurre y es lamentable no llegar a conseguir madurar. Esa intimidad a cerrojo, encierra terribles soledades, ni padres ni madres se enteran, a veces, de lo que sucede.
Carme, real tu cuento, duro y triste. Petons.
Creo Carmen que en el fondo hemos partido de la misma idea, al pensar el los ídolos. Ese llegar a desear tanto, ser como aquellos que se idolatran, te lleva a perder la propia identidad. En tu texto hasta la vida, es triste,no advertir esto.
Mucho tema para debatir.
Un abrazo.
A mi también me gustaría ganar plata sin trabajar, pero bien sé que todo vale su esfuerzo. Qué pena que el chico estuviera tan cegado por la fama de su ídolo al punto de perderse a sí mismo. En este caso su ídolo no lo motivó para su bien.
Un beso!
Qué pena! es triste que un chico tenga tan poca autoestima que no se dé cuenta de que lo importante es él, que no tiene por qué copiar a otros...
Buen relato, me ha gustado mucho y sorprendido el final.
Un beso
Qué pena! es triste que un chico tenga tan poca autoestima que no se dé cuenta de que lo importante es él, que no tiene por qué copiar a otros...
Buen relato, me ha gustado mucho y sorprendido el final.
Un beso
Locura... Una locura esto de las idolatrías mal entendidas.
Besos
Gracias Gaby, Fabián, Natalia,San LOquita, Charo y Alfredo. La verdad es que algunos jóvenes confunden mucho las cosas, y no son capaces de llevar su propia vida. Esto es un extremo; pero puede pasar.
Un abrazo
...si no fuera por lo de "chichinabo", me hubiese quedado absolutamente petrificada, y llena de pena por algo que bien puede estar sucediendo hoy. Es que somos tan frágiles y débiles...
Un beso, nada chichinabo (supongo ;)
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