Yo no he hecho nada, ¿Por qué
estoy aquí? Esa droga me la metieron,
bueno quizás me busqué lo que me está
pasando, no debía haber frecuentado esas amistades y ahora me veo enjaulado;
pero juro que soy inocente.
Yo, salía poco;
pero una cosa es no salir porque uno no tiene gana y otra bien distinta es no
poder salir. Los talleres ayudan a distraerse; sin embargo no me hago a la idea
que estoy preso. Mi abogado me dice que tenga paciencia, ¿cuánta paciencia?
Seguro que esos señoritos de guante blanco, en menos que canta un gallo
desaparecen de aquí, claro disponen de buenos abogados. Tengo miedo, la gente
me da miedo, no me imaginaba los tipos que habitaban en este cuchitril, no me queda
más remedio que hacerme buenos amigos
que me ayuden. Yo nunca he sido fuerte, disimulo con esa coraza de estar de
vuelta de todo; sin embargo mis actos me delatan. Quiero salir, esto es
irrespirable, y cuando lo haga, les haré pagar a esos mamones lo que me han
hecho, ellos fuera y yo aquí desesperado sin ser culpable de nada. No se que
querrán esos tipos que vienen hacia mi, yo no he hecho nada, uno esconde alguna
cosa, ¡Por favor sacarme de aquí, soy inocente, soy inocente…!
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25 comentarios:
Angustioso clamor que nadie escucha, una sensación de impotencia, de terror, preguntas sin respuesta, las clases sociales también existen en prisión, distintos raseros, un drama.
Carme, este relato se mete en la piel, agota y sacude, muy intenso.
Petons.
Decir soy inocente estando en la cárcel es algo inútil, no te creen ni los otros presos. Y no digo que la desgracia no haya llevado a algún inocente a la cárcel. Abrazo
Un relato que provoca angustia, al menos a mí me la ha provocado.
Gracias Natalia, Ester y Tracy. Si, he querido provocar esa sensación, que no quiero dicir que la sienta todo el mundo que esté allí.
Un abrazo
Debe ser horrible lo que se siente detrás de los barrotes. No creo que sea tan cierto, pero hay una teoría que afirma que "todos los presos dicen ser inocentes"
Que dificil situación debe ser estar preso i ser inocente. Y se han dado
casos!!! Aunque éste no parece que sea tan inocente.
Un abrazo querida Carmen
La justicia y el dinero estaban muy unidos, se amaban... Tienes? O vives en una celda de alto standing o sales. No tienes? Te quedas.
Beset.
Gracias Lao Montserrat y Censura. Sea como sea, ese mundo no debe de ser muy agradable.
Un abrazo
Horrible saberse preso y ser inocente, no me lo puedo imaginar. Un besote
Muchos son los ladrones de gallinas, adentro y, verdaderos asesinos, afuera.
Tu relato produce angustia.
Te lleva.
Entonces, felicitaciones!
Un abrazo :)
Que impotencia no poder demostrar la inocencia! Y los casos reales que habrá.
Bss.
Ay! qué angustiante sensación! Falta el aire en ese encierro en el que aparentemente el hombre solo se ha visto involucrado por error (o por una cama que le tendieron, como se suele decir). El ambiente de la prisión puede llegar a ser muy duro, y no sé si este hombre se salva! Muy bien lo contaste Carmen, que hasta casi me pongo a gritar para ayudarle!
Besos!
Gaby*
Un relato que es un grito angustiante, un pedido de libertad, de comprensión y de ser escuchado.
No creo que le hagan mucho caso y eso es lo peor, una vez dentro es difícil salir.
Muy bueno, un abrazo.
Por desgracia, aunque no haya demasiados casos, un caso así puede darse y creo que tiene que ser muy duro pasar por prisión siendo inocente, porque nadie puede resarcirte del tiempo pasado privado de libertad.
Un beso
Si ha de ser duro estar en la cárcel aunque se haya cometido algún delito que te haga merecedor de ella, no quiero imaginar lo que puede significar estar encerrado como consecuencia de un error.
En cuanto a los privilegios, claro que existen. Ya lo dice el refrán aplicable incluso entre las paredes de la cárcel. Tanto tienes, tanto vales.
Un abrazo.
Creo que la angustia que se debe sentir detrás de las rejas siendo inocente es solo comparable con quien es informado de tener una enfermedad incurable.
Buen relato!
=)
Estar privado de libertad,supongo que debe ser horrible; pero si encima te rodeas de indeseables, peor.
Gracias Neo, Cecy, Gaby, Pepe, Charo, Sindel, Mar y Alícia.
Un abrazo
Saberte inocente y ver que a nadía le importa en esa cárcel ufff, sentí los gritos en la piel y en el alma.
Aunque en el relato presentí que algo sucio se esconde tras los gritos.
Besos amiga.
A veces la Justicia, más que ciega, es algo torpe y condena por evidencias que no llegan al fondo del caso. Tu relato deja un poso de angustia, justo cuando él pensaba tomarse su justicia, parece que aún le caerá encima otro daño.
Abrazos.
Tremendo, angustioso y penoso lugar donde le toca sufrir injusticias a quien quizá caminó al filo de la navaja.
Una opinión: los que salen más rápido en el caso que tú hablas, tal vez no tengan mejores abogados, sino recursos non santos a los que puedan recurrir...
besos
Coincido con la mayoría en lo angustioso de esa experiencia, la de saberse inocente y estar preso, el miedo a la maldad que le rodea, el no poder confiar en nada...
Un beso
¿Cuantos casos habrá como este Carmen? que sensación tan tremenda, ser inocente y encontrarte acusado y en la carcel. Has sabido transmitir perfectamente el estado de angustia del protagonista, felicidades.
Un abrazo.
Relato con una velocidad acelerada, que angustia. No da tiempo en pararse a pensar si es o no inocente. Su final es inevitable.
Las cárceles... supongo que son así.
Besos
Curioso monólogo Carmen. Me ha gustado cómo reproduces la angustia del reo al saberse impotente para enmendar su situación. Y buen guiño al desigual trato de la justicia en función de quién seas.
Recibe un fuerte abrazo.
Gracias lucía, Alberto, Alfredo, San, Cass, Juan Carlos y Rosa. Esa angustia es la que he intentado transmitir y veo que lo he conseguido.
Un abrazo
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