Aquel viaje se presentaba alucinante, desde el principio
sucedieron cosas extrañas. De los seis
que quedamos en la estación de tren, sólo dos llegaron a la hora, el resto
tuvieron diferentes percances. A Manuel lo atropelló un coche, menos mal que
fue poca cosa; pero el pobre llegó cojo. Berta tuvo que regresar a su casa, su
madre le llamó urgentemente, no encontraba su carnet, y es que Berta se lo
pidió prestado para una diligencia, en la que requerían a alguien que
aparentara algo mayor que ella, y su madre, que se conservaba muy bien, seguro
que daba el pego. A Luis, justo al salir
de su casa le cayó un bote de pintura y lo dejó hecho un asco, así que no le
quedó más remedio que regresar y cambiarse de ropa. ¿Y Marta? ¿Qué le pasó a Marta? Que al
cruzar la calle, un coche la puso perdida de agua y barro, por lo que también tuvo
que volver y ponerse ropa limpia..
De esta manera, no hace falta
decir que perdieron el tren y esperaron más de tres horas para coger el
siguiente. Después de descargar toda su rabia, se relajaron y pensaron en
disfrutar del viaje. Se dirigían a Sevilla muy ilusionados. El trayecto se
desarrollaba sin ningún sobresalto, hasta que sintieron un frenazo fuera de lo
normal, sus cuerpos se inclinaron tanto hacia delante que formaron una “v”
perfecta. Asustados bajaron del tren. Les informaron que alguien puso en los raíles
un tronco de árbol, ¡Vaya desalmado! Menos mal que el maquinista frenó a
tiempo. Les llevó casi una hora sacar aquel mastodonte de enmedio; pero después
pudieron reanudar su viaje. La suerte quiso que al final todo acabara bien y
llegaran a su destino, donde les esperaban más amigos para disfrutar de aquel
fin de semana que de seguro, sería inolvidable.
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19 comentarios:
Por suerte, el viaje tuvo un buen termino. Y los esperaba algo bueno.
Porque era para exasperarse.
Seguro será muy interesante ese viaje y se comenzó así.
Un interesante relato!!! pues pone a jugar a la imaginación del lector.
Cariños...
Quien no sufre vicisitudes y percances tiene poco que contar a los nietos. Buen trabajo
A veces el destino se empeña en enviarnos mensajes que no siempre son bien interpretados...suerte que en este caso los avisos no anticiparon algo demasiado dramático!
=)
Menudo viaje accidentado... acabó bien y se hizo inolvidable.
Un abrazo.
De eso se trataba que fuera inovidable. Gracias demiurgo, Oriana, Ester, Neo y Censura
Un abrazo
A veces surgen trances que amedrentan y llevan a preguntar: Para qué tomé este tren? - muchas veces pasan cosas como perderlo y salvarse de algún descarrilamiento, otras, bueno, tienen ese toque de suerte, que como en tu relato, más allá de los eventos desafortunados, todo termina bien.
Besos!
Gaby*
Pero que viaje tan accidentado, ya comienza con tantos inconvenientes que es increíble que la historia por suerte haya acabado bien.
Un besito.
Sí que está bueno, podría llamarse "Un viaje en seis desastres"...
Bien acabado, un alivio.
Fin de semana en tren, casi perfecto.
Un beso.
Menos mal que acabó bien. Espero que cuando vengáis para Sevilla todo transcurra sin incidentes.
Besos
Ay, que no sé yo si voy a poder coger el tren a Sevilla ... aquí sigo, esperando que nada impida llegar al tiempo a la estación.
Un abrazo.
Gracias chicos, seguro que en el viaje de verdad todos llegamos bien.
Un abrazo Leonor, Juan Carlos,Gaby, Sindel, Jenofonte y Fabián.
Desde luego un viaje accidentado aunque con final feliz!!!Cuando se pierde un tren normalmente pasa otro aunque haya que esperar un tiempo aunque eso no sucede con todas las cosas en esta vida.
Un beso
Desde luego sería inolvidable por la cantidad de percances que tuvieron.
Accidentado viajes, yo solo espero que nuestra reunión juevera sevillana, no se parezca a tu historia jajaja, todo más tranquilito...
Un abrazo.
Carmen, te confieso que eso de que el destino del viaje sea Sevilla me llena de intranquilidad, pues ya sabes que tenemos un viaje proximamente a esa ciudad, para encontrarnos además con amigos, al igual que los protagonistas de tu historia.
Bueno, al final lo pasaron bien y eso me tranquiliza.
Un fuerte abrazo.
Tipico, siempre al salir algo sucede, pero esos imprevistos a veces son el comienzo de nuevas historias, gracias por tu viaje, un abrazo grandote
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