Sobre unos antiguos lavaderos datados de 1865, protegidos por un grueso
vidrio por el que se pueden observar los mismos, está situada una bella
escultura de una mujer leyendo. El sentarme al lado de ella me produce una paz
de difícil descripción, y es que a la escultura solo le falta hablar, vamos que
muchas veces la saludo y me despido. Su misma actitud, con un brazo apoyándose
en el asiento, la pierna cruzada, la otra mano sosteniendo el libro y la misma
expresión de su cara transmite una gran tranquilidad y una naturalidad que
difícilmente observamos en una escultura. Dan ganas de sentarte a su lado y
ponerte a leer.
Me gustó desde el primer momento que la vi., es como que te está diciendo: --Ven
y siéntate a mi lado, cuéntame que te pasa, yo te tranquilizaré.
No todas las esculturas consiguen el efecto que ésta causa, estoy segura, y
da mucha vida a la plaza que antes estaba dejada de la mano de Dios. Es una
plaza muy tranquila, muy poco transitada, ya que se encuentra en un paraje algo
recóndito. A veces se ven niños jugando sin esas aglomeraciones que se producen en
otras plazas más céntricas, Yo creo que es por esta mujer hecha piedra, que le
gusta el sosiego para poder leer, el ruido le molesta, y quizás le respetan
algo su deseo. La verdad es que no lo sé; pero el pasar por esta plaza es algo
que intento hacer muchas veces; aunque tenga que dar un rodeo, para contemplar
a esta mujer leyendo, y pienso hacerlo muchas veces más.
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17 comentarios:
Dan ganas de sentarse a su lado a leer, seguramente se le pueden contar secretos, algún pensamiento que nos preocupa. Seguramente. Un abrazo
Se ve muy bonita tienes razón dan ganas de estar cerca de ella.
Un abrazo feliz semana.
Refleja tu sensibilidad tu real relato amiga.
Buenas tardes, Carmen:
¿Y si esa mujer "estatuada", de expresión tranquila y natural fueras tú en algún momento del tiempo?
Leerte trasmite una sensación tranquila de naturalidad, leerte despierta las ganas de sentarse a tu lado y avanzar en la lectura.
Un abrazo, Carmen.
Una estatua que produce esos sentimientos y es motivo de estas palabras que acabo de leer, deja de ser estatua y empieza a latir y cobrar vida.
Me gustaría sentarme a su lado y compartir su amor por la lectura y el sosiego.
Un beso.
Transmite serenidad, si, además está el agua, para aportar vida.
Besos amiga
Maravilloso efecto el que produce en ti esa escultura...la verdad debe ser algo indescriptible sentarse en un lugar donde hace muchísimos años se reunían las mujeres a lavar..que de historias habrán escuchado esas fuentes...y que de historias podrá contar esa lectora inmóvil...lindo de leer tu relato..besos
Desde luego es una escultura que invita a leer. Maravillosa.
La ubicación y la escala de este tipo de esculturas, diseminadas por los espacios abiertos y públicos, provocan la particular tentación de incorporarlas a nuestro espacio vital como algo vívido, mucho más complejo que la simple piedra.
Un abrazo
La escultura es preciosa y muy original, no la conocía y me ha encantado hacerlo de tu mano. Yo también me sentaría a su lado, realmente transmite paz.
Hermoso texto, Carmen.
Un beso.
Hola, Carmen.
Se ve tan confortable y gozando de su lectura, que invita estar a su lado en ese bello lugar, que como tú lo describes es hermoso y tranquilo. Linda descripción en tu relato, Carmen.
Beso
Realmente se ve tranquila y disfrutando de esa lectura. Es muy bonita. Tu descripción invita a pasar por ahí y sentarse un rato a contemplarla.
Un beso
A mi tambien me trasmite tranquilidad y más leyendo la forma como la describes, dan ganas de escaparse a esa plaza con un libro en las manos y sentarse junto a ella. Muy bueno, besos.
Es verdad que transmite esas ganas de sentarse a su lado a leer... que bonito aporte has hecho.
Un beso.
¡Hola! Me ha encantado la entrada, y aquí me quedo, te sigo!
Me gustaría que te pases por mi blog para ver qué te parece y si te gusta, sígueme por favor.
http://pensamientosenelahora.blogspot.com.ar/
http://buscandotelibro.blogspot.com.ar/
Un abrazo y muchísimas gracias.
La verdad es que el hecho del lavadero ya tiene su romanticismo. Me ha vendio uno a la mente instantáneamente y sí, el verdad, lo que dices. Muestra mucha paz la figura e invita a sentarte a su lado.
Me ha gustado mucho, en serio.
Un beso enorme.
Serenidad, paz, tranquilidad y amor por la lectura. Me gusta tu estatua Carmen. No me extraña que te apetezca sentarte cerca de ella y empaparte de esa misma paz.
Un abrazo.
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