Laura siempre había tenido un miedo espantoso a las tormentas. Aquellos
rayos, premonición del trueno, era lo que más le asustaba Cuando aquello
ocurría no podía estar sola, siempre se escondía detrás de las faldas de su
madre. Ahora, era mayor y el miedo apenas conseguía reprimirlo, y menos después
de aquel trueno estremecedor que hizo que todos los vecinos bajaran a la calle
muertos de miedo. De verdad pensaron que se trataba de un terremoto; aunque no,
simplemente era un trueno, un señor trueno si; de tanta envergadura, que a más
de uno se le escapó el pipí. Laura se encontraba sola, su última pareja hacía
dos meses que la dejó por otra más joven, y la tristeza le invadía en muchos
momentos. Su madre muy preocupada se traslado a vivir con ella un tiempo, ella
la necesitaba, y para que están las madres ¿sino es para ayudar a sus hijos
cuando les necesitan?
La madre le recomendó a su hija que volviera a pintar, siempre le gustó y
seguro que le haría sentirse mejor. Al principio le costó; sin embargo poco a poco
cogió los pinceles y comenzó a pintar; pero ya no pintaba como antes, manchas
oscuras dominaban su pintura, rota con finas pinceladas de un blanco lleno de
luz. Su madre al ver su primer cuadro quedó estupefacta, aquello era una
tempestad, una tormenta y esas pinceladas blancas eran los rayos, unos rayos
trazados al principio con miedo, y después con gran energía. Estaba haciendo
una especie de catarsis a través de la pintura.
Uno de esos día hubo una gran tormenta, el miedo regresó; sin embargo su
madre le sugirió que se enfrentara a aquella tempestad, que la mirara de
frente. Subieron las persianas y comenzaron a mirar aquellos relámpagos.
Aparecían y desaparecían, formando unos curiosos dibujos en el cielo. Entonces
Laura se dio cuenta que esos miedos no la podían controlar, nada más eran un
poco de ruido, no debía de asustarse, porque en aquellos rayos encontró de
nuevo la inspiración perdida, una inspiración que nuevamente fue su razón de
ser.
MÁS TEMPESTADES EN CASA DE IMMA
17 comentarios:
Enfrentó sus miedos y volvió a pintar. Que bien. Y está sugerido lo de la tormenta emocional simbolizada en la literal.
Saludos.
Lo difícil es enfrentarse a los miedos, sise consigue, se gana.
Al enfrentarse a su miedo descubrió el lado bello de lo que la atormentaba. Hay que ser muy valiente para hacer algo así.
Un saludo.
Ya me gustaría a mi, que alguien muy cercano, aprendiese esa lección de enfrentarse al miedo de las tormentas. Pero es superior a sus fuerzas. Las intuye, como le ocurre a los gatos y es tal el miedo, que termina por atenazar no solo su mente, sino incluso su físico.
Se adentra en lo que llamamos espacio de Faraday, y se aísla totalmente, hasta que todo pasa.
Lo malo es que todos terminamos por sufrir, aunque no nos den miedo las tormentas.
Un beso.
Muy buén relato didactico. LO has contado divinamente amiga. Poro yo a las tormentas de verano, que siempre vienen acompañadas de un gran aparato electrico,no me dan miedo pero, las tengo bastante respeto. UN abrazo.
Gracias Montse, Juan L, Pikxi, Tracy y Demiurgo. La verdad es que hay pocas terapias para enfrentarse a los miedos, pero yo creo que hay que encararte con ellos y preguntarse el por qué.
Un abrazo
Me ha gustado cómo nos muestras que los miedos hay que superarlos enfrentándose a ellos...en este caso, la protagonista no solo debe enfrentarse a su miedo por las tormentas sino a su miedo también ante el abandono de su pareja.
Un beso
Gracias Charo. Es así, muchas veces no nos atrevemos a enfrentarmos anuestros miedos.
Un abrazo
Es difícil pero hay que enfrentarse a los miedos. Lo has contado con energía y se sienten esas tempestades, tanto los fenómenos meteorológicos y como las interiores de Laura. Las madres siempre al quite.
Me gusta que la pintura sea una válvula de escape y le ayude a superar sus miedos.
Un beso.
Una forma bella de enfrentarse a sus miedos de infancia, aun y habiendo crecido lo hace de la mano de su madre. Y es que donde este una madre....muy buen relato, besos.
Una forma bella de enfrentarse a sus miedos de infancia, aun y habiendo crecido lo hace de la mano de su madre. Y es que donde este una madre....muy buen relato, besos.
Muy lindo <3 me ha gustado mucho esa forma de sacar todo afuera y hacerle frente al miedo.
¡Un abrazo!
Así se hace... a los miedos hay que mirarlos de frente.
Un beso.
Una historia de superación de los miedos más íntimos. Me gustó leerte.
Un abrazo
Detrás de esa superación, está la energía de una madre, espejo donde mirarse, bastón donde apoyarse hasta que pase la tormenta.
Besos
Tenemos miedo a lo que no comprendemos. La tormenta tiene algo negativo pero mucho de bello. Mi abuela me decía que la virgen estaba moviendo los muebles cuando tronaba... Me sigue gustado la ingenuidad y que sigo recordando el hecho... igual que cuando el cielo se arrebola y se le quema la ropa con la plancha :-)
Besos enormes.
Aqui va mi relato sobre la tempestad espero te guste http://javiermiro2.blogspot.com.au/2016/09/la-tempestad.html
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