Laura no era supersticiosa; pero
por si acaso no pasaba nunca debajo de una escalera; sin embargo lo del gato
negro como que le daba igual, de hecho nunca le pasó nada.
Ese día iba con el coche a poca velocidad como
siempre, eso de correr no le iba, le daba miedo, conducía por obligación; pero
no era lo suyo. Se dirigía a la tienda
de juguetes Toysrus, porque no encontraba los juguetes que le pidieron sus
hijos en ningún sitio. Por el camino el coche empezó a moverse de una forma
extraña, no podía acelerar, un ruido en la rueda le daba mala espina. Estaba en
la ronda y era peligroso pararse, pasó el túnel y al final no le quedó más remedio
que hacerlo en el arcén. Se puso el chaleco reflectante y salió del vehículo, cuando
se asomó, ¡madre mía! una rueda se había pinchado y casi destroza el tapacubos.
Entonces cogió el triángulo que señala peligro y lo colocó, después miró en el
maletero y allí estaba el gato, era un interrogante saber como iba aquel
aparato, había visto como se utilizaba; pero de verlo a saberlo hacer había un
trecho. Lo colocó y empezó a girar la manivela poco a poco, y para su sorpresa
se levantó el coche, bueno, íbamos bien, ahora cogería la llave y a quitar los
tapones de la rueda, fácil, era fácil pensó; sin embargo comenzó a girar y
aquello no se movía, imposible, ni con dos manos, pasó un cuarto de hora, media
hora, una hora. Nadie se paraba y vencida llamó a su seguro, otra media hora,
pero por fin llegaron y ellos si que tuvieron esa fuerza que a ella le faltaban.
No se lo quería creer; pero toda la culpa la tuvo el gato que se encontró y el otro
gato que por lo que le dijeron los chicos del seguro lo puso mal, en fin, ahora
cuando lo aprendiera no le sucedería nada en mucho tiempo y cuando le volviera
a pasar, se le habría olvidado como se utilizaba, vaya suerte perra. Lo del
gato negro, pensó, lo tendría en cuenta a partir de ahora, menos mal que
encontró los juguetes buscados, que si no, se hubiera quedado de piedra por la
mala suerte.
MÁS DOBLES SENTIDOS CON AUXI
18 comentarios:
¡Qué mala pata!
Me alegra tu adelanto, así puedo llegar poco a poco a las visitas.
Respecto a la entrada: gato,gato. Menos mal que encontró lo que buscaba. Besos.
Si uno quiere se puede ser supersticioso, yo no lo soy porque trae mala suerte. Saltos y brincos
Se encontró con un gato negro y tuvo mala suerte, complicada con su inexperiencia con el gato del auto.
Pero si se hubiese encontrado con un perro blanco, también lo hubiese relacionado con la mala suerte.
Pues, ya tuvo mala suerte... la pobre!Pero elq ue tiene un gato negro en casa...no tiene nunca pichazos? buen post, Carmen.
Muchos besos rellenitos de chocolate.
Equívocos que coinciden en la mala suerte y mala pata, como dice Tracy.
Se avecina un jueves entretenido que habrá que estar alerta por muchos motivos...
vasos llenos de besos
Ay Dios el gato ... Temo lo peor, jaja.Lo importante es que llegó a comprar los regalos.
Besos, amiga.
Me gusta la forma tan genial que armaste tu relato gatero. Menos mal que termino llamado a los tíos del seguro. Me encanto el toque humorístico.
Saludos
Gracias Monse, Juan Carlos, Yessy, Ester, Cass, Emejota y Tracy. La supertición que está a la orden del día, más de lo que pensamos, y acompañada del gato del coche, un cóctel perfecto.
Un abrazo
Un gato la llevó a otro gato... Espero que el segundo no la haga desconfiar a partir de ahora de los primeros... ;)
Je je...vaya con los gatos!Yo no hubiera relacionado una cosa con la otra...¿o si?...tendría que verme en la situación.
Je je...vaya con los gatos!Yo no hubiera relacionado una cosa con la otra...¿o si?...tendría que verme en la situación.
Que por culpa de un negro gato
el otro gato usaría,
puede ser, pero no pensé
que el seguro, de seguro ayudaría...
Toda una aventura que sufrió la pobre para darte excusa de cumplir con la consigna de este jueves jejej
Muy ingenioso!
=)
tortuosa historia la tuya Carmen, menos mas que los del seguro suelen ser seguros ..... personalmente no paso por debajo de unas escaleras por si acaso....
Gracias Lao,Auxi,Jenofonte,Charo y Neo. Bueno es que estode los gatos tiene su aquel, y mira Lao lo de las escaleras como que no meda tanto yuyu.
Un abrazo a todos y todas
Una historia donde cada gato cumple su rol a la perfección! Buen juego has hecho con las palabras para crear una gran historia donde la suerte parece también gozar con sus juegos algo revoltosos, por la misma suerte que casi, casi se pinta negativa, todo termina bien.
Besos!
Gaby*
Si fuera gato diría que no hay mal que por bien no venga, y es que los gatos no se preocupan nunca por mucha mala suerte que tengan... siempre caen de pie y en el peor de los casos les quedan otras seis.
Muy ajustado al tema, y eso... que se las trae.
Besos
Publicar un comentario