ESTE JUEVES...RELATO

                          ESCOGE UN TEMA Y CUENTA

Como yo fui una de las que tuve el privilegio de estar en Vilafamés, me tocó un tema y una imagen dónde inspirarme para mi relato. Aquí os lo dejo, ya me perdonaréis, pero salió un pelín largo.

                                          LA TORRE DE LA MALQUERIDA

 Aquel caballero cansado de tantas guerras, se retiraba con el alma herida después de duras batallas, en las que dejó parte de su vida por un anhelo, que cada vez se le antojaba más lejano e inútil.
  De camino a su casa, encontrose con una torre en la que nunca antes se había fijado, ¿Sería una alucinación? Regresaba tan débil y hambriento que no le extrañó lo más mínimo que le pudiera suceder. Cuando la obserbó más cerca, no divisó ninguna puerta, solo dos pequeñas ventanas y en lo alto un campanario.
De pronto, las campanas comenzaron a sonar, y una gran nube negra posose encima, amenazando tormenta. Aquello no le gustó lo más mínimo, y sin titubear demasiado, decidió seguir su camino; pero el caballo sin darle tiempo para reaccionar, levantó las patas delanteras preso de terror, y el caballero sin poderlo evitar, dio con sus huesos en el duro suelo. Al incorporarse se quedó lívido, delante suyo apareció una mujer joven vestida con una túnica blanca. Aunque asustado y tartamudeando acertó a decirle:
-Quién sóis?
Ella con una voz clara y dulce le respondió:
-Soy María de Salazar; sin embargo todos me llaman "La Malquerida". Mi marido se fue a la guerra dejándome sola en esta torre. Esperé durante años, hasta que se acabaron los víveres. Nadie vino a socorrerme y morí de inanición. Ahora mi alma vaga en la torre, y solo cuando viene algún caballero salgo de mis aposentos, esperando que me de noticias sobre mi marido.¿Su merced lo ha visto?
-¿Cuánto hace de esto?-Dijo el caballero.
-No lo sé, no percibo el paso del tiempo.
- ¿Quizás no regrese jamás?
- Pero, el prometió que volvería.
- Igual le fue imposible avisarle.
- ¿Vuestra merced lo cree?
-Si, lo creo, y además pienso que a su marido le gustaría que descansara en paz y se reuniera con él.
Entonces, aquella mujer lo miró con tristeza y se fue desvaneciendo poco a poco.
El caballero montó de nuevo en su caballo y siguió su camino. Tal vez el creador le puso esta prueba para que intentara ayudar a aquella alma en pena. Tal vez era el momento de pasar página y dejar esta inutil guerra para los que verdaderamente crean en ella. Él, ya hacía tiempo que había perdido la fe. 

MÁS TEMAS EN CASA DE Mª JOSÉ