Siempre he tenido una relación dual con el mar. He
vivido en una ciudad en la que queda cerca la playa, y de niña me gustaba
bañarme y chapotear en el agua, vamos, como les pasa a todos los niños. El caso
es que lo de tomar el sol no era lo mío, siempre he sido muy blanca y lo único
que conseguía era ponerme roja como una gamba, me molestaba mucho y a mis padres
les costaba sacarme del agua, entonces me ponía debajo de la sombrilla y
comenzaba ha realizar castillos de arena, que casi siempre se deshacían; pero
yo insistía y insistía, y al final lograba que alguno se mantuviera en pie al
menos diez minutos. También me agradaba mucho jugar con la pelota hinchable de
playa, sobre todo cuando iba con mi primo, tenía un año menos que yo y nos lo
pasábamos bomba. De mayor era más inusual mis baños en la playa, menos cuando los
amigos y amigas se apuntaban claro, si quería ir con la pandilla había de hacer
sacrificios. Entonces el baño más bien
era escaso y los paseos por la orilla del mar más largos, en especial si me
acompañaba algún amigo. Me gustaba caminar por la arena, viendo como mis pies
se hundían y volvían a salir a la superficie, una y otra vez. Alguna vez ya de
adulta me acercaba al mar de noche y en aquel momento, la atmósfera se
transformaba y el sonido adquiría un protagonismo especial, muy diferente de por
las mañanas donde las voces de las personas y niños se confundían con el ruido
de las olas.
Ese sonido era balanceante y si mirabas largo y
tendido hacia el horizonte, te hipnotizaba, y solo esperabas con delirio que la
ola rompiera otra vez contra la arena para ver su espuma blanca y sentir aquel
sonido envolvente.
Siempre he admirado la inmensidad del mar, el no
saber que se esconde más allá del horizonte, como nuestros antepasados que
pensaban que detrás se ocultaban monstruos para devorarnos. Esa grandiosidad a
veces asusta, porqué sabemos que el mar puede ser bueno o malo, hay muchas
personas que dejan su vida en él.
A pesar de esta dualidad, doy las gracias por
haber nacido en un país rodeado de mar y haber podido entrar en contacto con él,
es algo que no tiene precio.
12 comentarios:
Interesante tu relación con el mar.
Saludos
Inmenso es el mar, admirable, digno para contemplar.
Besos.
Carmen, comparto todas tus palabras, solo que a mi me gustaba tanto el agua que me daba igual el sol y a veces me quemaba. Ahora no me gusta tanto el sol, pero sigue encantándome el mar.
Ha debido ser un encuentro genial, me quedé con las ganas de volver a verte y estar con todos y todas las jueveras. A ver si hay mejor suerte para el próximo.
Un beso salado
Gracias Demiurgo, María y Encarni. Si, otra vez será, osceché mucho de menos.
Un abrazo
Hola CArmen: estoy muy de acuerdo en que los niños són los quem ás difriutan con el agua del mar y la arena. De más mayores, son otras las preferencias. El sol, las hamacas, la crema de protección, y sobretodo una buen compañia. UN abrazo amiga.
Esa relación de dualidad con el mar pienso que la mayoria la sentimos, el mar siempre produce respeto (y más si nos ha dado algún susto) pero desde luego yo siento como tu que soy más que feliz por haber nacido en un pais todo rodeado de mar. Besos.
En mis momentos a solas con mi mar, pieso muchas veces lo que tú dices y me da pena de las personas que no lo conocen.
Yo al mar lo conocí ya adolescente Carmen. Pero me enganchó con fuerza y ahora no puedo estar mucho tiempo sin buscar su cercanía. Me enamora el mar.
Os he visto muy bien en el encuentro y os he echado mucho de menos. Otra vez será.
Un fuerte abrazo.
Gracias Monserrat, Pepe, Tracy y Molí, tengo esa suerte, aunque no la aproveche en exceso.
Si Pepe os echamos mucho de menos, éramos muy pocos.
Un abrazo
!Un relato muy original y encantador con brisa del mar y los recuerdos de tu niñez!
Esos momentos no se olvidan, el mar es inolvidable. Yo conocí el mar desde que nací, mis abuelos lo adoraban y nada lo podía sustituir por otra diversión.
Beso
Comparto cuanto dices,es tan atractivo este mar inmenso...
Gracias carmen por acercarnos estos días compartidos,ojalá hubiese podido estar.
Besos
Comparto cuanto dices,es tan atractivo este mar inmenso...
Gracias carmen por acercarnos estos días compartidos,ojalá hubiese podido estar.
Besos
Publicar un comentario