A veces es mejor decir la verdad que inventarse una mentira, por que como
decía mi madre: - Las mentiras tienen las patas muy cortas. Eso le pasó a
Felipe, que le gustaba bastante eso de irse de farra y como uno piensa: Si no
lo hago ahora que soy joven, ¿Cuándo lo haré? Y aguanta empalmando con el trabajo, resistiendo las
ocho horas, que le dejan sin aliento
cuando por fin se acaba la jornada y le espera la tan ansiada cama. Aunque bien es verdad que
si esto se hace a menudo, cualquier excusa es buena para no asistir al trabajo,
sobre todo el lunes. Se dice una mentira piadosa, como lo de que se tiene
fiebre, o le duele a uno la barriga; pero pocas veces se dice la verdad. No se
imaginaba que le descubrirían, aquella
noche en un Pub junto a sus amigos, pero
él no vio a nadie, estaba muy ocupado bebiendo y divirtiéndose. Al día
siguiente llamó al trabajo con la excusa de encontrarse ma FARRAS l, poco pensaba que
cuando regresara se encontraría con el sobre de su finiquito. El jefe le dijo:
Lo que más me ha dolido ha sido su engaño, la sinceridad es la virtud más
importante de la persona y si me hubiera dicho: “Jefe, no vendré hoy a
trabajar, porque ayer me fui de farra” seguro que lo habría entendido; pero sin
embargo optó por la mentira, y ahí me ha decepcionado. Felipe por supuesto no
se lo creyó, no existe nadie tan enrollado
Yo, este lunes desde luego no tenía ninguna gana de ir a
trabajar, aún se encontraba mi espíritu en Jaén; pero soy responsable y estuve
al pie del cañón; aunque todo el día se encontró parte de mí muy lejos, en aquel Karaoke de la noche del
sábado, y es que ya lo dice el refrán:
Lo bueno si breve, dos veces bueno.
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18 comentarios:
Jaja, yo también trabajé el lunes, sin excusas, pero aun sonaban dentro de mi esos cánticos en el karaoke, conversaciones tan agradables, momentos tan importantes.
Besos.
Se valora la responsabilidad sin dudas, y la sinceridad también, así que doblemente aprendida la lección, aunque no todo jefe puede llegar a entender el irse de farra como una buena excusa para disculpar un faltazo laboral... al menos que halla estado en Jaén! :D
Besos!
Gaby*
Un jefe cínico o con pretensión intelectual podría exigir que la farra fuera realmente interesante, nada de emborracharse con amigos, hablando de futbol.
Un relato con lección, al modo de las fábulas con su moraleja final.
Eres muy responsable y has estado el lunes al pie del cañón, aunque por dentro estuvieras bailando la conga y cantando canciones del karaoke.
Un beso.
Algo dictador el jefe, tiene el poder y no perdona, mala cosa mentir, mala cosa no perdonar y dejar en la calle a otro parado, mala cosa el que se chivó al jefe, ese el peor.
Pasa factura el placer gozoso, pero mereció tanto la pena ¿verdad Carme? Os añore en ese bailongo y en cada momento. Petons.
Mala la mentira, pero tampoco está bien la falta de perdón. Un beso.
Pues a la mentira y sus consecuencias siempre hay que atenerse...
Trabajé, trabajé... mic.. mic... ¡muelta estaba!, pero que me intenten quitar lo "bailao" que no me dejo.
Un beso, amiga
Como dice mi madre, mujer aficionada a los refranes, sobre todo a los que fastidian, "nadie va de romería, que no le pese al otro día" jejeje. Pero que te quiten lo bailao. Un besote
Naaa, ese jefe quería despedirlo de todas todas. Antes de dar lecciones que se aplique el cuento a él mismo.
Has clavado al tipo ese.
Saludos! Y aplausos para tu responsabilidad.
Gracias amigos Juan Carlos, Gaby, Demiurgo, Leonor, Natalia, Fabián, matices, Alicia y Toni. Eso de las farras es lo que tiene, que después viene lo malo.
Un abrazo
Lo pero es la mentira, claro que sí, en todos los ámbitos.
Y sobre las farras, los "después" suelen ser accidentados jejej
esperemos que esta vez no sea así.
=)
Aleccionador...y es cierto. La mentira termina por enredar todo (Mr. Bean es un ejemplo jocoso de ello).
Tu sentido de la responsabilidad es destacable, es que de verdad, seguimos todavía allá por Jaén..
Muchos besos.
No recuerdo haber faltado nunca al trabajo por irme de farra, creo que el que está a las duras, tiene que estar también a las maduras. Sí que en más de una ocasión he llegado directamente al trabajo después de una noche agitada, por ejemplo, pero un par de cafés bien cargados han hecho desaparecer los malos efluvios.
Un abrazo.
Pues yo no sabía que hasta el miércoles había fiesta... esto de las fiestas me acaba matando porque soy la reina de la harina cuando no hay cole...
Un beso, Carmen.
Gracias Cas, Neo, Censura Y Pepe. Es verdad las que somos responsables, a cumplir; aunque vayamos arrastrándonos.
Un abrazo
Lo ideal sería que la farra fuera para celebrar una quiniela de 15 aciertos, entonces sería al Jefe al que le pondrías el finiquito.
De momento ya se sabe... aunque sea lunes.
Besos
pones por encima de todo la sinceridad...yo, te secundo, carmen. pero qué difícil es mantenerse en ese pedestal e la sinceridad¡¡, al menos, yo soy bastante incapaz. eso sí, homenajeo a todo aquel que en su transcurrir vital el porcentaje de sinceridad pase del 60 por ciento. es que no me creo la sinceridad del 100 por 100. somo humanos, es decir, buenos y malos si tenemos en cuenta la moral imperante.
medio beso.
La sinceridad es un valor muy importante Carmen, pero hoy día quién dice la verdad??? Alguna gente, claro, pero la gran mayoría se inventan historias. Y otro gran valor es la responsabilidad, como la que has demostrado marchando al trabajo después de una juerga de sábado noche, jejeje.
Un abrazo
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