ESCRIBAMOS PARA DEMOSTRAR QUE EXISTIMOS
Muchas veces me pregunto, ¿qué hago yo aquí? ¿qué misión tengo en la vida?. Estoy segura que venimos a este mundo para alguna cosa; pero es difícil saberlo, porque nos pasamos la vida experimentando diferentes personajes y vidas; pero la mayoría nos quedamos con una que probablemente sea la equivocada, y en algún momento nos arrepentimos, porque nos hubiera gustado quedarnos con otra más atrevida, como la de nuestros sueños, que siempre se chiva de nuestro subconsciente; sin embargo en la vida real las cosas son más complicadas de lo que parecen. También se dice que el tren pasa sólo una vez en la vida y que si lo perdemos, nunca más vuelve a pasar; aunque yo creo que siempre se nos presenta una segunda oportunidad
Yo pienso que el problema es que no nos conocemos a nosotros mismos y actuamos al revés de cómo deberíamos hacerlo. Tenemos tantas cosas en la mente, que no nos detenemos ni un instante a mirar en nuestro interior. Éste quizás nos daría la respuesta que necesitamos, y en consecuencia actuaríamos con coherencia.. La vida es una auténtica lección, larga eso si; pero una lección. Hay personas que se quedan en la primera etapa y otras que maduran con el tiempo, la mayoría de las veces influidas por la gente que nos rodea, que ciertamente variarán nuestra personalidad de una forma u otra.
Lo que si tengo claro es que cuando se me presente realizar algo que me haga ilusión, lo haré y no lo dejaré para más adelante, por ejemplo escribir, que es una estupenda terapia de sacar de una manera canalizada lo que uno tiene dentro, y que posibilita que cambie mi estado de ánimo de forma radical, y aunque se convierta en una adicción, en este caso positiva, he de decir que pese a quien pese, ¡Viva la escritura!
También quiero dejar constancia de mi felicitación a esos jóvenes y no tan jóvenes indignados, que están sacando fuera por fin lo que llevan dentro, concentrándose en diferentes plazas de España para protestar por las soluciones frente a la crisis que nos da esta clase política, que está demostrando que no está a la altura de las circunstancias y que tal vez, ya va siendo hora de buscar otra manera de hacer política, escuchando más lo que dice la calle.