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miércoles, 25 de enero de 2017

ESTE JUEVES..RELATO

                                                                   SOLEDADES




Lurdes a veces pensaba como  podía sentirse  tan sola, no lo entendía, tenía dos hijas; pero ellas apenas venían a verla, como máximo la llamaban para ver como se encontraba y de paso lavar sus conciencias; pero nada más. Desde que murió su marido Eduardo, la soledad la había mermado físicamente y psicológicamente. Eran tantos años juntos, tantas cosas vividas, y aunque de todo hay en la viña del señor;  parecía que los malos momentos se hacían menos cuesta arriba acompañada. Ahora se encontraba en un momento en que no sabía si tenía  depresión o tristeza, no le apetecía salir de casa. Su amiga Cristina venía a verla y le insistía en que dieran un paseíto;  pero la convencía, solo esperaba, ¿A qué o a quién? ¿A sus hijas? ¿A morirse? No lo sabía ni ella. Esta soledad la hundía poco a poco y las palabras no le servían para nada, no las escuchaba. Su amiga era totalmente el contrario, la alegría personificada, y no se daba por vencida, no era ciega y se daba cuenta que Lurdes estaba pasando un mal .momento. No quería meterse; pero más de una vez le entraron ganas de llamar a sus hijas, la tenían abandonada. Ella, no la dejaría sola.
Un día llamó al timbre y nadie respondió, y así varios días, entonces decidió  telefonear a  las hijas. Cuando entraron en la casa, Lurdes llevaba fallecida cuatro días. Las hijas lloraron mucho si, igual estaban arrepentidas de no haber hecho  más caso a su madre, de no haberla escuchado. Ahora ya era tarde, demasiado tarde.


MÁS SOLEDADES EN CASA DE PEPE

miércoles, 18 de enero de 2017

ESTE JUEVES...RELATO

                       DE TUTORES I TUTORIAS


Ella deseaba regresar con su madre; pero de momento se debía de conformar con vivir con su tutora, en este caso su tía.
Sonia solo tenía siete años y no entendía el por qué la habían separado de su madre, ella la quería. Era verdad que se pasaba muchas horas durmiendo y que a veces no le daba de comer; pero su abuela le enseñó a cocinar y ya sabía hacerse patatas fritas, un huevo, y muchas veces despertaba a mamá para que comiera, porque a su mamá también se le olvidaba comer.
 Su tía Felisa era simpática; sin embargo no le dejaba cocinar como su mamá, decía que no estaba bien que ella andara en la cocina, que era peligroso, no lo entendía. Además no la llevaban nunca a visitar a su mamá, seguro que seguiría durmiendo; aunque cuando se despidió de ella le dijo que en cuanto se curara regresaría a buscarla. Tardaba mucho, y aquí con su tía se aburría, no le dejaba hacer nada, era una pesada.
Sonia pensó: -Esta noche me escaparé e iré a visitar a mi mamá, seguro que se alegra un montón.
MÁS TUTORAS Y TUTORÍAS EN CASA DE SAN

miércoles, 11 de enero de 2017

ESTE JUEVES...RELATO

                                                  ¿ JUEGAS CONMIGO?


Lo que más recuerdo de cuando yo era pequeña, son los juegos en la calle, salíamos de bien pequeños, nuestras madres no tenían miedo a que nos atropellasen, no había peligro. jugábamos a la cuerda, a la goma, a la xarranca, o la rayuela  como le decís fuera de Cataluña.
A mi me gustaba  jugar mucho a la goma, porque lo hacíamos en equipo y era muy divertido intentar saltar cada vez más. Hay que ver como estos cuerpos pierden agilidad; pero es así, las plasticidad que tienes cuando eres pequeña, pareces de goma y a veces rebotas y todo. Estos juegos en la calle son los que quizás se echan más de menos en esta época; aunque hemos recuperado una mínima parte de su esencia con el Pokemon Gou, bueno al menos les da el aire a la juventud y salen un poco de la soledad que provocan los juegos de la play, del móvil o del ordenador.
En cuanto a los juegos más tranquilos, la verdad es que no me gustaba mucho jugar con muñecas, las encontraba muy pasivas, prefería los juegos de construcción, para mi eran más creativos; pero esto va a gustos ya se sabe. El caso es que me divertía mucho y las horas se me pasaban volando.
En fin que cuando echo la vista atrás, siento nostalgia; pero una nostalgia de felicidad, de un tiempo que fue precioso para mi.
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