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miércoles, 20 de julio de 2016

ESTE JUEVES...RELATO

                                  ACCESIBLE VERSUS INACCESIBLE


Recuerdo que en mi clase había una compañera con polio que se llamaba Julien, así como en las otras clases  también solía haber. Eran los años setenta, y era extraño no conocer a nadie que  padeciera esa enfermedad. Al principio los percibía diferentes, pero enseguida  me di cuenta que eran como los demás. En donde se podía notar algo de diferencia era a la hora de educación física; pero ellos se esforzaban como el que más y prácticamente realizaban los mismos ejercicios. La verdad es que nunca pensé los problemas que se podían encontrar en el día a día, todos los compañeros los reconocíamos como uno más,  Cuando una es una cría, estas cosas se le pasan o no se las hacen ver. También es cierto que estos compañeros solo tenían dificultad en una pierna; pero se podían desenvolver muy bien, incluso me acuerdo que en un viaje de fin de curso, varios alumnos bastante tremendos, entre ellos uno con polio, alquilaron en Ibiza unas motos y tuvieron una caída, Este se rompió la clavícula y no le quedó mas remedio que regresar a casa, con un gran disgusto que se llevaron los profesores.
La ciudad,  en ningún momento se ha adaptado a las personas con movilidad reducida, ahora se empiezan a dar cuenta, hay más rampas y accesos a los lugares. Me acuerdo una vez estando en París con mis hijas, conocimos a una pareja, la mujer iba en silla de ruedas, no le pregunté el motivo.  Para moverse por la ciudad la dificultad era máxima, había autobuses que no querían bajar la rampa o simplemente no disponían de ella y casi siempre, se desplazaban caminando. Intentaron ver el Arco de Triunfo y les fue imposible, no disponía de acceso con rampas o ascensor. Y de esto no hace tanto tiempo.
En fin, que la mayoría de las veces no sabemos ver más allá de nuestras propias narices.
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miércoles, 13 de julio de 2016

ESTE JUEVES...RELATO

                                                        EL OLVIDO


Hacía un día fantástico, tanto que Laura decidió ir a la playa de Badalona. Quedó con su hija, a la que últimamente veía poco. Desde que se independizó eran contadas las ocasiones que disfrutaba de su presencia; y hoy era uno de esos días. Pasearon por la Calle del Mar y comieron en un restaurante vegano. A ella no le gustaba mucho; pero, ¿Qué no hará una madre por sus hijos? Se quedó con un poco de hambre; pero la verdad es que estaba a dieta, día si y día no. Parecía que hoy la cumpliría, a ver si mañana la báscula se portaba bien y la dietista se ponía contenta, tenía una paciencia infinita la pobre. Laura era una paciente con poca voluntad, los primeros quilos no le costaron mucho; pero la verdad es que le gustaba demasiado comer y la mayoría de los días se le olvidaba la dichosa dieta, comer poco y a menudo en plato de postre. Desde luego el fin de semana se lo saltaba a la torera, vamos, sin solución, al menos de momento.
Se descalzó y sintió el agua golpeándole suavemente los tobillos. Era una sensación tan agradable que sus piernas maltrechas lo agradecían infinitamente. Después de  andar por la arena durante casi una hora. Laura se despidió de su hija, hasta no se sabía cuando y regresó a su casa. Sobre las ocho de la noche, un whatsApp en el móvil: -¿Te ha pasado alguna cosa? Teníamos hoy visita a las 17’00 horas. Se le olvidó la visita a la dietista, no era el viernes sinó el jueves, no miró en la agenda, confió en su memoria, y esta le falló, o tal vez…su subconsciente le traicionó.
MÁS OLVIDOS EN CASA DE GUS

miércoles, 6 de julio de 2016

ESTE JUEVES...RELATO

                                             EL CRUCERO
 
La amiga de Raquel  insistió tanto, que al final fue al dichoso crucero para solteros; pero ella no se fue muy convencida, había ido a cenas, excursiones, cursillos, y no funcionó, ¿por qué iba a funcionar esto?
La mañana era muy soleada; pero con una brisa que daban ganas de subir a cubierta. La verdad es que  de todos los días que llevaba en aquel barco, era el primero que no tenía nauseas. Ya era mala suerte, lo que debía de ser una diversión se convirtió en un verdadero suplicio. No había disfrutado ni de las horas en las que visitaba las ciudades, era tal el malestar, que regresaba al barco y se tumbaba en la cama. Y en cuanto a los hombres, nada más el primer día se fijó en alguno; aunque ahora le parecía francamente un espejismo. El barco, eso si, era precioso, disponía de varias salas, de cine, teatro, varias terrazas con piscinas incluidas, cafeterías e incluso tiendas; pero…no se estaba quieto, se movía, si, y a veces mucho. Hoy por fin parecía que su cuerpo se había acostumbrado a aquello y casi no notaba el vaivén. Allí en la cubierta, sentía el aire puro rozándole la cara, cerraba los ojos y se dejaba llevar por esa leve caricia. Se encontraba tan extasiada disfrutando de esa maravillosa sensación, que casi no se dio cuenta cuando una mano se posó en su hombro y una cálida voz le susurro al oído:
-          ¿Se encuentra mejor?
-          ¿Qué? Contestó algo perpleja, sobre todo cuando dándose la vuelta descubrió que aquel hombre era uno en los que se fijó el primer día. ¿Cómo sabría lo de sus mareos?
-          ¡OH si! estoy mucho mejor, gracias.
-          ¿Lo ha pasado mal verdad?. A mi también me sucedía.
-          Si…Dijo Raquel no muy convencida. ¿Hace muchos cruceros?
-          Si, me encantan, puedes conocer a personas muy interesantes.
-          Pues yo, no lo soy mucho, y encima me mareo.
-          Bueno, hay cosas peores.
Hablaron toda la mañana, e incluso comieron juntos. Solo quedaban dos días de crucero y esta vez los aprovechó bien. Cuando por fin llegaron a su último puerto, Raquel se despidió de Alberto que así se llamaba aquel hombre de momento misterioso.
No sabía si aquella incipiente amistad llegaría a algo más; sin embargo tenía claro que disfrutaría de ella todo el tiempo que fuera posible. Su amiga no se equivocó del todo, aquel crucero cambió su vida.
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