COLLAGES TEMÁTICOS
Laura salió a pasear por el bosque, lo tenía muy cerca de
casa, le encantaba mantener contacto con la naturaleza, era como enraizarse en
un lugar donde la madre tierra le daba la bienvenida. De pronto se le apareció
un gato negro: - Vaya, pensó la mala suerte me va a acompañar. Pero después se le olvidó aquel pequeño incidente que
la zozobró por un instante. Siguió paseando y más adelante le pareció que algo
se movía entre las hojas, que hizo que se planteara seriamente regresar, aún
así continuó su marcha; pero aquello que se movía comprobó enseguida que era
alguien diminuto con un gorro rojo y una barba blanca larguísima, vamos lo que
todos entendemos por un nomo. Se paró frente a ella y le dijo:
- La naturaleza está llegando a su fin,
vosotros los humanos la estáis destruyendo.
Laura se quedó patidifusa, ella no destruía nada; pero bueno
dejaría que aquel ser siguiera hablando.
-
Tu te vas a encargar de escribir un libro donde denuncies todo
esto, nosotros te ayudaremos.
-
Hombre, no sé si sabré llevar a cabo tan gran hazaña.
-
Si, no te preocupes, nosotros te conferiremos unos poderes y
todo será pan comido.
Enseguida casi sin darle tiempo a abrir la boca, aquel
pequeño nomo desapareció.
Llegó a casa y pronto se dio cuenta que allí había pasado
algo. En la jaula su pajarito no se movía, lo tocó y vio que estaba muerto.
Entonces sintió claramente que debía de escribir aquel libro, lo haría sin
dilación.
Aquella habitación estaba rodeada de toda clase de amuletos,
tres puños de hierro, un cuadro de un arlequín, un trébol de cuatro hojas, una
pata de conejo, una herradura, dos collares, uno que se compró en su pueblo, y otro en un mercadillo cuando
estuvo en Berlín, con un colgante de un águila, como recuerdo de la antigua zona del este y un puñal que compró en una feria de Toledo. Con
todo esto era imposible que tuviera más mala suerte. Allí al lado de su
lamparita favorita se juró a sí misma que escribiría el libro más fantástico de
todos los tiempos, donde la naturaleza sería su protagonista con todos los
seres visibles y no visibles que la habitan. Cogió aquel bolígrafo tan especial
que un día le regaló su hija y comenzó a escribir.
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