ESTE JUEVES...RELATO

                               EL    CANDIDATO

Señor director  soy una persona normal y corriente. La verdad es que no destaco en nada; y no dispongo de ninguna titulación que se salga de lo corriente, ni masters, ni doctorados;  pero le puedo asegurar que tengo buena voluntad, ya se que no es mucho; pero, no soy capaz de ofrecerle nada más. En mi curriculum verá que he trabajado en varias empresas y no estaban descontentas con mi trabajo. Le pido un voto de confianza, y le demostraré que conociéndome doy mucho de si. La última empresa en la que estuve cerró de la noche a la mañana y nos fuimos todos a la calle, desde entonces estoy sin trabajo.

La cara del director se relajó y miró aquel hombre con simpatía, observó su curriculum y sin apenas inmutarse le dijo:

-Me han convencido sus argumentos, y sobretodo su sinceridad; pero hay algo que sintiéndolo mucho no entra en mis planes.

Aquel hombre con la mirada fija en los ojos de su interlocutor, se dispuso a escuchar las explicaciones que le iba a dar

- No puedo contratar a una persona con 55 años, lo siento, no tiene usted el perfil que buscamos.

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ESPEJO

Mirando el mar, observo ese reflejo lleno de movimiento y de  matices de colores. No me puedo creer que sea el espejo de esos edificios inertes, sin vida, que convidan al desánimo. Si la naturaleza consigue esa maravilla, seguro que nosotros somos capaces de mover montañas para conseguir aquello que nos propongamos, sólo hemos de creerlo firmemente y se hará realidad.

ESTE JUEVES...UN RELATO

                    CARTAS AL DIRECTOR

 

Esta carta es verídica y no me la publicaron. Ya hace bastantes años que la hice, entonces era yo interina y como sabéis  doy clases de visual y plástica –que es mi especialidad- en un instituto de Barcelona.

La carta más o menos decía así:

Señor director del País, el motivo de mi carta es para protestar por los criterios que se utilizan para nombrar un profesor de secundaria. Yo tengo la especialidad de visual y plástica y he aterrizado en un instituto de Suria, donde les faltaba un profesor  de Ciencias Naturales. Como comprenderán, yo de ciencias sé lo que estudié hace ya bastantes años, o sea como todos ustedes, supongo. Aunque le expliqué al director por activa y por pasiva, que me sería muy difícil dar clases de algo que desconocía;  él simplemente no le importaba lo más mínimo, porqué los profesores de la materia ya tenían las horas cubiertas y yo daría las clases de primero de BUP. Si me negaba me convidaba con buenas palabras a dejar mi puesto de trabajo. Frente a esta disyuntiva no me quedó más remedio que ponerme manos a la obra. Como comprenderán ustedes, nunca podré dar esa clase igual que un profesor de la materia y lo peor, es que es un perjuicio para los chavales. Como yo, en estas mismas circunstancias se encuentran otros compañeros, que llegando los últimos les obligan a realizar trabajos que no les corresponde. Creo que estos problemas se debían de solucionar de otra manera y no dando lugar a que la persona que ha estudiado una carrera y disfruta dando clases de lo que está preparada, se encuentre a disgusto, por culpa de la mala organización del sistema.

Atentamente y dándoles las gracias de antemano, reciban un cordial saludo

Carmen Andújar (profesora de secundaria)

Esto me sucedió en los años ochenta. Más adelante conseguimos más recursos para que no sucedieran estas cosas, y ahora corremos el peligro de retroceder treinta años y convertir la educación en una mercancía privada, donde el que más tiene es el que consigue llegar más lejos y el otro, lo más seguro es que se quede estancado.

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EL IPAD

Hace un poco menos de un año, descubrí en el museo Guggenheim un pintor inglés llamado Hockney. Afincado en Los Ángeles (California). Este pintor formó parte del movimiento Pop Art y se hizo famoso por los cuadros que realizaba de piscinas.

 Más adelante su pintura se volvió más dinámica, y su temática, la naturaleza y la campiña inglesa, como el que veis aquí. El tamaño de sus cuadros se agrandó, e incluso los convirtió en una especie de puzzle, donde cada trozo era una parte de un cuadro gigantesco. 

Sus colores están llenos de vida e intensidad

Pero su evolución no había acabado. A sus 72 años descubrió un aparato llamado IPAD y se dió cuenta que con un programa llamado BRUSHES podía pintar. Tenía pinceles de todas las texturas, de diferentes tamaños, y además todos los colores del mundo a su disposición. Entonces probó, y le gusto, era  otra herramienta más.

Y como Hockney, yo también me decidí a probar este aparato tan fantástico. Me gústó y mucho. Aquí debajo os dejo alguno de mis primeros trabajos.

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VISIÓN NOCTURNA DE SANTA COLOMA

 :                             

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                          LEYENDAS URBANAS

 

La propuesta de Judith me ha intrigado y he empezado a investigar alguna de estas leyendas. Una de las que me ha llamado la atención es sobre los gatos.

Se  dice que los gatos han estado ligados con la muerte desde hace siglos. Los egipcios lo consideraban sagrado, tanto, que cuando morían, los momificaban junto con sus ratones. También se cuenta, que incluso se llevaba luto y se cortaban las cejas, en señal de respeto por la muerte del felino.

Todo lo contrario pasaba en la Edad Media, que se quemaron miles de gatos, porque se pensaba que eran las mascotas de las brujas; y aunque así fuera no lo convertía en un animal demoniaco como la gente creía; pero ya se sabe, cuando no hay cultura todo lo que no entiendes se resuelve con el esoterismo y las falsas creencias.

Después de estos antecedentes, y sin caer en lo fácil, se  piensa que el gato de verdad parece tener un cierto sentido, y que cuando a un gato se eriza mirando a un punto fijo donde no se encuentra nada, es porque ve a un fantasma, o a un demonio si la reacción es muy fuerte. Lo que es verdaderamente inquietante, es la capacidad que se les adjudica de predecir la muerte. Hay un gato que es el gato Oscar, que decían que era muy huraño; pero cuando una persona iba a morir, el gato se ponía a darle vueltas una o dos horas antes.

Verdaderamente estas historias hacen poner los pelos de puntas, y espero no encontrarme con ningún gato que se erice, por lo que pueda pasar, pues como dicen en Galicia: “Haberlas haylas”

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