Me he permitido la libertad de escribiros un fragmento de mi nuevo libro, que tal vez un día o no, se publique.
A ella lo de rezar ya hacía bastante tiempo que no lo ponía en
práctica; sin embargo reconocía que este tipo de iglesias la sobrecogían
sobremanera. Era sábado por la mañana, no creía que se encontrara muy llena.
Nada más entrar, tres naves imponentes la recibían, sobre todo la imponente
central. Se asombró por las lámparas de arañas que se repartía en las naves
laterales. Decidió coger una audio guía para que le ayudara en su visita,
quería empaparse bien de su historia. Paseaba lentamente observando aquellas
bóvedas laterales tan señoriales con sus arcos de ojiva, que le daban un aire
etéreo al ambiente. Impresionaba también la presencia de los majestuosos
rosetones que dejaban pasar la luz a través de sus vidrios e iluminaban la sala
dándole a la atmósfera un halo sobrenatural.
La audio guía comentaba que la virgen y el niño son muy
venerados, por eso muchas de las catedrales de este país, tienen el mismo
nombre.
Después de
disfrutar de las explicaciones de la audio guía, salió fuera y observó las tres
grandes portadas. Lo que más le maravilló, aunque parezca una tontería, no
fueron las torres, que de por si eran majestuosas, sino lo simbólico de casi
todo lo representado, sobre todo lo que estaba situado en el centro de la
fachada central, que era simplemente un círculo que representaba nada más y
nada menos que Cristo hombre, inscrito en un
cuadrado que simbolizaba Dios. Le pareció una interesante explicación. Después de recrearse en esa bella fachada regresó a
su interior y se sentó tranquilamente en situación de recogimiento y, casi sin
quererlo, se encontró con los ojos cerrados pidiendo que este año le fuera bien
y no tuviera contratiempos.
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