PAUL NEWMAN
Querido Paul, me hubiera gustado
escribirle esta carta cuando vivía; pero que le vamos a hacer, usted ya no está
en este mundo y ahora es cuando me he atrevido. Aunque sé que se encuentra en
otra dimensión, me parece a mí que allí deben escuchar más que en esta, que
apenas hacen caso.
Perdone que le diga; pero era usted tan guapo
que hacia daño, esos ojos azules convertían su mirada en un claro océano, además, también era un buen actor, y aunque lo más sencillo es
que hubiera hecho papeles de galán con el físico que tenía, muchos fueron de actor comprometido. Como no
acordarse de su excelente interpretación, en “La gata sobre el tejado de zinc”,
donde bordaba su papel de marido
atormentado, Y también fue memorable su
personaje junto con Roberd Redford, que tampoco estaba nada mal, en “Dos
hombres y un destino”. Y ya entradito en años, me acuerdo de verlo con un
jovencísimo Tom Cruise en “El color del dinero” y aún estaba de buen ver, vamos,
que le hacía sombra a Tom, y tanto que le hacía.
En fin señor Paul, que siempre ha
sido usted mi amor platónico, y se lo debía de decir, me ha costado; pero por
fin lo he dicho, que descanso me ha quedado. Y es que yo me pregunto, ¿Habrá
alguna mujer de mi edad y más mayor qué no haya soñado alguna vez con Paul
Newman? Bueno, supongo que muchas dirán que no; sin embargo yo estoy segura que
no quieren desvelar que en sus sueños
tuvieron alguna fantasía erótica con usted.
Espero que no me considere muy
atrevida, creo que se sentirá alagado.
Un beso y siempre suya