EL NÚMERO CINCO
Cinco por una es cinco, cinco
por dos diez, cinco por tres quince. La tabla del cinco era la que más me
gustaba, porque junto con la del dos era la que más rápidamente se quedaba, y
en mi época como nos la aprendíamos
con música, era más divertido.
Te miras las manos, te miras los pies, y… otra vez cinco, ahí está de
nuevo. En la lotería, dicen que es la terminación más vendida y también la que
más veces ha tocado, ¿casualidad? No sé, yo por si acaso siempre tengo algún
décimo acabado en este número.
También en numerología dicen que representa la estrella de cinco puntas, el
hombre de Leonardo Da Vinci que es el arquetipo de este dígito, la apertura
mental con su cabeza hacia el cielo, los brazos abiertos que buscan la
libertad, y las piernas apoyadas fuertemente en el suelo consolidando sus
raíces. Este dígito según la numerología, nos habla de nuestra capacidad de
vivir en libertad y adaptarnos a los cambios. Define el modo de relacionarnos
con el cuerpo, la sexualidad y la energía masculina. Todos estos aspectos
estarían acompañados, potenciados o debilitados, por los aspectos de otros
dígitos.
En el Islam hay los cinco pilares o cinco preceptos fundamentales; La
profesión de fe, la oración (rezar cinco veces al día en dirección a la meta)
la limosna, el ayuno y la peregrinación a la meca, cuyo rito dura cinco días.
Es un significado precioso, y el
propio número también lo es, tiene un poco de los otros números, la parte de
abajo parece como el tres y la de arriba, se aproxima al cuatro y al siete,
curvado y recto a la vez, la combinación perfecta. Se puede dibujar de
una forma sencilla o darle el señorío de la curva grácil y gótica, cuesta
un poco más; pero vale la pena, después si se repasa con plumilla entonces la
satisfacción es doble.
Y como son las cinco en punto, me retiro a tomar el té con mi amiga
Elizabeth, y de paso oiremos la quinta estación que es mi grupo favorito.
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