Lo que antes me viene a la mente, eran aquellas natillas que preparaba mi
madre con galletas maría. La verdad es que al recordar su olo,r me sumerjo en
gratos recuerdos de una niñez más que lejana; pero que me hace recordar los
juegos en la calle, si, en la calle, porque antes se jugaba sin ningún peligro
de que te pudiera atropellar un coche. No sé si aquello era mejor o peor que
ahora; pero lo que está claro, es que con los móviles y las nuevas tecnologías
se ha perdido el juego por completo. Un niño se hace mayor demasiado pronto, y
antes disfrutábamos más de nuestra infancia.
Mi madre ponía en unos cuencos de vidrio cada San José aquellas natillas
preparadas al baño maría, con ese sabor a vainilla tan bueno, que al mezclarse
con la galleta maría se convertía en más espectacular. También me acuerdo que
vendían como unas esencias de licores que al mezclarlos con agua y un poco de azucar
se convertían en unas cremas de café o cremas o de cacao buenísimas. Me gustaba
ver a mi madre como disfrutaba preparándolos. Yo, por desgracia se poco
cocinar, y ahora se va más de restaurante y se come poco en casa; pero siempre
llevaré en mi corazón aquellos olores y sabores que me acompañaron en mi
infancia, es algo que no se olvida nunca.
MÁS OLORES Y SABORES EN CASA DE LEONOR