VAMOS A DESCRIBIR
Siempre me han llamado la atención la imaginación que tienen ciertos anunciantes para promocionar sus productos. En este caso he escogido uno donde la imagen es tan curiosa que te transmite una sonrisa.
El decorado es una típica barbería Londinense, puerta de madera, con vidrios al exterior, cuya visión nos deja entrever los edificios típicos ingleses. Un asiento de poli piel negra con ribetes metálicos plateados que nos recuerda a las barberías antiguas donde el cliente es el máximo protagonista. Se aprecia un armario de madera color sombra tostada, con un lavamanos encima con unas toallas pequeñas. Sobre éste, una repisa del mismo material que el lavamanos. Allá se supone están situados los materiales necesarios para el trabajo del peluquero. A mayor altura nos encontramos con un espejo sencillo con el marco de madera. A la izquierda del mismo aparece una percha dorada de la que cuelga seguramente algún refrán propio del oficio. Debajo de esta, parece se encuentra una especie de teléfono antiguo, o una campana. Detrás del peluquero se ve parte de una estantería móvil, con algún champú o espuma de afeitar.
El anuncio aunque no se ve casi, son unas letras situadas en la parte superior izquierda “EUROSTAR” la empresa que gestiona los viajes en tren desde París a Londres, con un eslogan que dice: “Ya es verano en Londres”. Pero estas palabras dejan rápidamente paso a los dos personajes principales que se convierten en los protagonistas del anuncio. El peluquero, un hombre mayor, que con una sonrisa relajada por debajo de unas gafas de presbicia, pasa su máquina rapadora con una gran seguridad. Su atuendo con camisa blanca y pantalón gris le hace aparentar una excelente pulcritud. Sentado y con una cara algo perpleja se encuentra un soldado típico londinense. Escopeta en mano, un uniforme con chaqueta roja y adornos negros y dorados, y las manos cubiertas con unos guantes blancos impolutos. Como vemos, el gorro sorprendentemente se convierte en su pelo y por lo tanto en su cabeza, rapada por la parte trasera por el peluquero que sonriente observa la forma de pepino que va tomando todo el cráneo.