LA PRIMERA VEZ QUE...
EL CASTILLO DE LA BELLA DURMIENTE
La primera vez que fui a Disneyland París, fue alucinante, sobre todo cuando me topé con el castillo de la Bella Durmiente. Cuando lo vi, no me lo podía creer. Tantos años esperando tenerlo enfrente, y por fin, con mis dos hijas cumplía mi sueño. Os he de decir que no se a quien de las tres le hacía más ilusión. Era igual que estar dentro de un cuento de hadas, un cuento de hadas que consiguió que la niña que tenía dentro de mí, aflorara con todas sus fuerzas. Andando por aquel paseo, me vi transportada en el tiempo a principios del siglo veinte, con sus casas, tiendas y bares que me adentraban a una época maravillosa. Me sentía tan bien, que hubiera deseado que esos momentos duraran eternamente. Después de los años, aun percibo en la retina ese palacio mágico, y por muchos más que pasen, nunca lo podré olvidar.
28 comentarios:
Que envidia!!! como desearia ir, claro que mis hijas tienen mas ganas que yo :)
besos.
Es estupendo conseguir los sueños que tiene uno. Aunque sean pequeñitos.
Un saludo.
Yo creo que todos los padres que acompañan a sus hijos a Disneylandia cumplen ese sueño de la infancia y se vuelven niños en ese lugar. La satisfacción es doble; la del deseo cumplido y la felicidad de los pequeños.
Un abrazo,
Ramón
Es que Disneylandia es para gente grande, lo disfrutamos doblemente porque volvemos a ser chicos por un ratito.
Que lindo recuerdo y compartido ademas con tus dos hijas!
un abrazo
Claro que no. Cuando se logra cumplir un sueño tan deseado, la impronta que deja es indeleble.
Nunca lo he visitado, ni el Parque Asterix que lo tengo más cerca, pero supongo que algún día me sentiré igual.
Eso que explicas que no sabes a cual de las tres os gusto mas, es el comentario que mas he oido, eso de que a los padres les sale su pequeño Peter Pan, yo espero poder ir pronto...
No lo he visitado nunca, espero poder ir con mis niñas algún dia. Muy bueno tu relato. Un saludo.
que envidiaaaaaaaaaaaa
jo yo quiero ir y dormirme en la cama de la princesa jo
me ha encantado !!
Pue si, cuando mis hijas eran pequeñas por fin pude ir a Disneyland. De pequeña nunca tuve la oportunidad, supongo que como muchos de vosotros.
Gracias a todas y todos.
Carmen que bonito tu relato! Esa experiencia de transportarnos a nuestros recuerdos infantiles es mágica y te creo cuando dices que seguro que lo disfrutaste más que tus hijas. Todos tenemos esa niña interior y cuando le das recuerdos de tu infancia reaparece para hacernos sentir que sigue con nosotras..
Un abrazo de cuento
aun me detengo a mirar juguetes, casitas de muñecas...bueno tuve dos varones y no pude compartir muchos mis juegos infantiles, así que tengo el sueño de ir a Disney pero eso cuando tenga nietaaaaaaaaaassss sí, que venga algún día alguna niña...jajaj Preciosa tu primera vez.... un abrazo fuerte.
Y yo que todavía no he ido a ese lugar...
Debe ser algo magnífico. Como un cuento de hadas...
Un abrazo de magia e ilusión
Hola, Carmen: ¿Te imaginas en nuestra infancia si hubiesemos tenido un Disneylan?
Yo no lo he visitado. Pero leyéndote, me he imaginado la escena. Una delicia.
Un abrazo.
Maat
Y QUIEN PUDIERA IR¡¡¡ ESTAR ALLI, QUE LINDO, QUE MAGICO NO??
CREO QUE ES EL SUEÑO DE MUCHAS¡¡
TE DEJO UN BESO, SIGO PASEANDO Y HASTA OTRO ENCUNTRO
Un recuerdo precioso. "Los recuerdos que no forman parte del recuerso es que no eran merecedores de ello".
Ese sí es merecedor, está claro.
Un beso
Sí que es bonito, todo en Disney es mágico, la pena es el exceso de gente, llega a ser agobiante.
A mí me gustó especialmente la atracción de Peter Pan, en la que vuelas sobre Londres y la isla de Nunca Jamás.
Nunca es tarde para que se cumplan los sueños. Te felicito por ello. Yo sueño con otro palacio, la casa del play boy, espero conseguirlo algún día¡¡ jajaja, es coña
Un bonito recuerdo el tuyo.
Saludos
Joo... Que envivia!!!, eso quiero vivirlo también yo por primera vez, con mi hijo pero sobretodo para mirar sus ojitos, al estar ante los dibujos que el solo conoce a través de la pantalla,y espero que el año que viene o este lo lleve, al leer tu escrito, me ha hecho decidirme aun con más fuerza.
Besos.
Nyma
Ya no sólo uno se convierte en niño, sino que babea con el placer de sus hijos. Una experiencia de verdad recomendable.
Bikiños, Carmen
Gracias a todos y todas por vuestros comentarios. Como alguno de vosotros decis tambiés es agobiante tanta gente; pero yo, en esos momentos no la veía sólo miraba aquello que durante tantos años esperé.
Besos a todos y todas.
Qué niña no ha soñado con ser princesa! y recorrer esos castillos debe haber sido inolvidable, se entiende!
Aprovecho para saludarte y me voy a continuar leyendo a los compañeros de este bus de sábado literario!
Me parece increíble descubrir cuántos de los recuerdos que yo creía míos y de nadie más, son en realidad recuerdos comunes. ¿Compartimos mucho más de lo que pensamos?
En Eurodisney, viendo pasear a los personajes más queridos de mis primeras lecturas, sumergiéndome en la ilusión de mi hijo, dejándome acunar por la mecedora consumista del parque... Es un recinto sin lugar para las preocupaciones. Gracias por recordarme mi propio recuerdo.
Un abrazo.
Qué bien que hayas elegido este recuerdo. A mí la verdad es que el castillo me defraudó por su tamaño, (yo como soy tan grande pues me pareció chico) pero por lo demás, me sentí en otro mundo, REcomiendo a todo le mundo ir a Disney Land, merece la pena.
Un beso,
Juanma
Que divino recuerdo Carmen!!
Que suerte poder haber visitado "Disneyland"...yo creo que es el sueño de cualquier niño, tanto los que un día lo fuimos, como el que lo es.
Esa sensación, ha de ser maravillosa, de verdad. Gracias por compartirlo!
Besos con sabor a infancia!
Gracias a todos. Juanma a mi no me pareció tan chico; pero es verdad que depende del tamaño con lo que lo comparamos.
SeaSirens gracias por tú comentario. Te quería decir que visité tú blog; pero no te pude dejar nada porque no podía entrar en tus comentarios, no se que debe pasar.
Un beso a todos y todas.
Ay Carmen... la primera vez que yo fui a Eurodisney creí que se me salía el corazón por la boca, de la emoción. Tenia veintitantos años... jejeje... disfruté mil veces más que cualquiera de los niños y niñas que había por allí. En cuanto veía a algún personaje de cuento por la calle, salía disparada para hacerme una foto con él.
Fué increíble: ¡¡jamás pensé que conocería al genio de Aladino!!
en mi blog tienes una cosa para ty
Quiero ir a París, sólo me queda esperar un par de añitos para que el peque sea más grande, digo como tú, no sé a quien le hace más ilusión, a mis niños o a mí.
Un beso
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