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lunes, 4 de enero de 2010
LA PUESTA DE SOL
Estas vacaciones han sido para mi un poco ajetreadas, que si los regalos, las comidas, y como guinda final, mi hija se empeñó en que pintásemos la habitación de rojo. A pesar de que intenté convencerla de lo contrario, que si la habitación parecería más pequeña, que era un color muy fuerte, en fin probé de todas formas; pero no pude hacerla cambiar de opinión. Después también quería que sus amigas hicieran garabatos, y ahí me planté y le dije:-Eso si que no, si acaso ya te haré yo un mural. Allí, firmé mi sentencia de muerte, lo había prometido, y ya se sabe, ellos prometen y si no cumplen no pasa nada; sin embargo si tú lo haces, la cosa cambia, y aunque fui retrasando lo máximo la ejecución, al final no hubo más remedio que realizar lo que me había comprometido. Hay que ver lo que cuesta ponerse manos a la obra; menos mal que poco a poco aquel mural fue tomando forma y no quedó muy mal del todo, tardamos; pero valió la pena. En fin, ¿que no haría una por una hija?. Aquí os dejo como fui pariendo esta obra.
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10 comentarios:
Pues ya ves... quedó gracioso. Eso sí; pienso que os cansaréis de la pintura, pero como todo está en casa... no hay problema.
Un abrazo muy fuerte (me había olvidado)
Hola Carmen:
Pues ha quedado fantástica tu obra. Estoy contigo, el resto de paredes lo hubiese pintado de otro color, pero ella misma te pedirá que lo cambies. Me parece que el rojo ha de ser estresante.
Un abrazo.
Celia, si igual nos cansamos; pero bueno por eso elegí una puesta de sol, porque ya que todo era un poco pasional, ésto le dará un poco de tranquilidad.
Un abrazo para ti también
Ardilla, ya se lo dije; pero ya sabes como son estos adolescentes, que cuando se les mete una cosa en la cabeza no hay manera de hacerles cambiar.
Otro abrazo para tí
Hola Carmen.
Pues a mí me parece que el mural te ha quedado muy bien y tu hija debe estar encantada con el resustado, lo de las paredes rojas opino como tú, pero yo también tengo una hija adolescente y me conozco lo cabezonas que se pueden llegar a poner.
La mía quería ponerla en naranja chillon, conseguí convencerla para que pusiera los complenentos a su gusto y terminamos con una alfombra naranja que cada vez que entraba me hacía daño en los ojos, pero al fín y al cabo es su espacio y donde pasan una gran cantidad de horas y deben estar agusto.
Un beso de Mar
Hola Carmen.
Hay cosas que sólo es capaz de hacerlas una madre. Esta es una de ellas.
Me imagino los comentarios que acompañarían a los pinceles. Todo es cuestión de acostumbrarse...
Un abrazote.
Maat
¡Uy! Pues a mí me encanta. Muy original.
Un besote
Mar, las paredes como tiene que si la estantería, que si corchos con recuerdos, en fin de todo, pues no se nota tan fuerte el color.
Si Maat, en realidad decía: -En que lio me he metido.
Gracias Susana, no quedó mal del todo.
Un abrazo a las tres
El mural se ve estupendo.
Ten cuidado con lo que prometes y dices en casa. No digas nada si no es en presencia de tu abogado...
Pero bueno, la experiencia parece muy divertida y el resultado además de práctico es artístico.
Un fuerte abrazo,
Ramón
Gracias Ramón. En el fondo me lo pasé bien, supongo que sino hubiera sido así no me hubiera atrevido a hacerlo. Tienes razón en cuanto a lo de prometer, me lo tengo que pensar más la próxima vez.
Un abrazo
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