ESTE JUEVES UN RELATO

QUERIDAS PALABRAS 2

Laura había tenido un día infernal, deseaba volver a casa para descansar y encontrar ese silencio que tanto anhelaba; pero antes visitaría a su madre, hacía varios meses que la tenía en una residencia y si no pasaba nada iba a verla todos los días, le daba de cenar y regresaba a casa. Ésta no se movía de la cama y para entretenerla Laura le colocó en su mesita un aparato reproductor de música, y le grabó un mix de Antonio Molina y Manolo Escobar, y bueno, no le iba del todo mal, parecía que escuchaba y hasta a veces reía. En ese momento sonaba una canción de Antonio Molina que le gustaba mucho, una que se llama “Yo quiero ser mataor”. La verdad es que ella se crió con esta música y en el fondo también le gustaba, y sobre todo el párrafo que dice: “Cuando tirándote a matar, marcando lento el volapié, de aquel torito noble de muerte herido rueda a tus pies” . Mientras le daba la cena a veces se ponía a bailar y ella sabía que su madre en ese instante, era feliz.

Ya en casa se quitó los zapatos y dando una voltereta se tiró al sofá, siempre había tenido espíritu saltimbanqui. Estaba cansadísima, su trabajo era estresante, su jefe no le dejaba vivir, era engreído y apabullaba a los empleados. En él la humildad brillaba por su ausencia, y si podía te ridiculizaba en público. Menos mal que le quedaba poco para tomar las vacaciones, menuda voluntad la suya, los últimos meses apenas salió, ahorrando y ahorrando para realizar el viaje de su vida, a Australia. Era un país que le atraía muchísimo, con una inmensidad de terreno difícil de abarcar. Le gustaría ver las grandes ciudades, Sidney, Camberra y Melbourne; pero también el paisaje, debe ser el paraíso perdido. Como le unía una gran amistad con María, una compañera de fatigas, - que como ella se había sacrificado para disponer del dinerito- aprovecharían para ir las dos juntas, y quien sabe, a lo mejor allí, tan lejos encontraría el amor y por qué no, quizás también la felicidad.