Bueno, como siempre se dice: "Nadie es profeta en su tierra" Esta vez decidí probar a ver que pasaba. Convocaron en mi ciudad un concurso de relatos cortos relacionados con la Fiesta mayor, y pensé: ¿Po qué no? y presenté un pequeño relato. Bueno, pues quedé finalista junto con otros compañeros. No he ganado pero estoy contenta por estar ahí y ser una de los cinco finalistas.
Quiero compartir este relato con todos vosotros, espero que os guste.
¡PAPÁ LLÉVAME A LA FERIA!
─ ¡Papá llévame a la feria!
Le decía a mi padre de pequeña. Siempre he sido muy miedosa; pero los caballitos,-que es como yo le llamaba al Tiovivo- eran mi debilidad. Aquel sonido te balanceaba, subiendo y bajando con el caballo de madera, y te transportaba a otros mundos lejanos y mágicos. Me fijaba en el más bonito; pero por mi lentitud, no quedaba más remedio que conformarse con otro, no estaba mal; aunque la belleza del blanco pasaba por delante de cualquier imitación. Cuando me era imposible llegar a ninguno de ellos, me tocaba estar en un cochecito, entonces llena de rabia me agarraba con fuerza al volante y comenzaba a moverlo como si me fuera la vida, ya ves tú, sino se movía del sitio. Pensaba: -La suerte me sonreirá en el próximo viaje
Cuando me hice mayor miraba el Tiovivo con añoranza y observaba la cara de felicidad de los niños al subirse en esas bellas figuras de madera que daban vueltas al compás de la música.
Después de unos años, al llegar las fiestas, eran mis hijas las que repetían:
─ ¡Papá llévanos a la feria!
Ellas aunque querían mayores riesgos; siempre sintieron devoción por los caballitos. Los años pasan, pero esos cuadrúpedos permanecerán en mi recuerdo, y si alguna vez tengo nietos, los llevaré a ese añorado Tiovivo. Entonces contemplaré como se dejan mecer por el suave tintineo que les hará soñar, y serán los seres más felices del mundo.
16 comentarios:
Recuerdos de un tiempo lleno de inocencia y ternura.
Dias de fiesta y esos caballitos esperando para cabalgar en el mundode los sueños.
Tierno relato Carmen.
Un abrazo y felicidades por ese reconocimiento.
Enhorabuena por ese estar finalista en tu tierra.
Tu relato plasma la ilusion infantil pero el tiovivo clásico atrae tambien a los mayores, quizás porque todos tenemos ese recuerdo que tan bien describes en algún lugar d la red de neuronas, ahí agazapado dispuesto a salir en cuanto se oye la música de un tiovivo.
Un beso
Felicidades Carmen, me alegra mucho que se reconozca tu calidad como escritora.
El cuento tiene muchas claves, esa entrañable lentitud que impide alcanzar el caballo blanco, esa persistencia de los niños para convencer al padre (cielos, si lo he escuchado!), esa reiteracion, generación tras generación en un mismo objtivo.
Muchos besos, Carmen.
Enhorabuena, Carmen; un micro muy tierno...
Besos.
Gracias chicos, me ha hecho mucha ilusión. Siempre es dificil quedar finalista en estos concursos, así que estoy contenta.
La nostalgia de esos tiempos infantiles llenan de letras este relato.
Un abrazo
Felicitaciones Carmen!!! Una verdadera alegría.
El cuento? una delicia, bien merecido el logro!
besots
Hola amiga:
Me alegra mucho tu premio. También me alegra estar otra vez en vuestras "casas".
Un fuerte abrazo.
Gracias Cas y Celia, siempre hace ilución estos pequeños homenajes.
Celia me alegro mucho de verte por aquí.
Un beso a las dos
¡Carmen! Mi más sincera enhorabuena. Un relato cargado de esa inocencia infantil que añoramos tanto cuando somos adultos.
Felicidades.
Felicidades Carmen. Un buen y entrañable relato. Te lo mereces. Un besito
Ánimos Carme, eso del tiovivo lo recuerdo fresquito, lo que más me gustaba eran montar el caballito.
Felicitaciones, a por otro, que me ha gustado mucho el toque suave y onírico de éste.
Ptons, fins aviat.
Un relato tierno, evocador de tiempos lejanos -para unos más que para otros- donde se plasma el ciclo de la vida: padres, hijos, nietos... precioso, ya digo.
Y merecedor de premio si, bajo mi modesta opinión, hubieses pulido el texto a fin de eliminar las leves imperfecciones que en toda obra quedan, al finalizar esta.
Es mi opinión muy subjetiva, desde luego, y que no desmerece en absoluto la belleza del texto, pero dicha con todo mi afecto.
Un saludo
Gracias Susana, Mª José y Natalia. La añoranza de la infancia siempre vuelve.
José Antonio, tienes razón, empiezo bien; pero al final siempre me falta la fuerza con que comienzo. Poco a poco iremos puliendo los fallos.
Un abrazo a todos.
¡Enhorabuena, Carmen!, bonito y nostálgico relato. Yo también tenía predilección por los cabalitos, tus recuerdos son mis recuerdos.
Un beso.
Enhorabuena, Carmen, ultimamente estoy un poco alejada de los blogs, pero me alegra mucho tener noticias tuyas, sobre todo si son así de gratificantes. El relato derrocha ternura.
Un beso.
Gracias Teresa y Mª José. Siempre hacen ilusión estos premios, te da ánimos para seguir escribiendo.
Un beso a las dos
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