Había una vez una niña que tenía complejo con su nombre, y cada día les
decía a sus padres que no quería ir a la escuela porque se reían de ella. Se
llamaba Marietacuchufleta. Era verdad que era un nombre extraño; pero feo, feo,
no era, un poco divertido si y quizás la primera vez que lo oías te resultaba
gracioso, sin embargo después te acostumbrabas y era un nombre más.
Los padres de Marietacuchufleta decidieron hablar con la maestra para poder
encontrar una solución entre todos, y que la niña fuera contenta al colegio.
Entonces a la maestra se le ocurrió una idea: Si organizaban un concurso para
encontrar el nombre más original de la
clase, el suyo tenía muchas posibilidades de ganar, así que se lo propuso a los
padres y ellos aunque sorprendidos, estuvieron de acuerdo.
El día de las votaciones todos los niños se sentían nerviosos, ¿Quién sería
el ganador? El voto era secreto y hasta disponían de una urna.
Cuando llegó la hora de contar los votos, la cara de asombro de los alumnos
fue espectacular. Voto tras voto el único nombre que salía era el de
Marietacuchufleta. Y así se llegó al resultado final, todos los votos fueron
para ella exceptuando el de la misma Marietacuchufleta que votó a otra
compañera. Los niños empezaron a aplaudir y la niña por fin comenzó a sonreír.
La querían y ella ni se había dado cuenta. La maestra se le acercó y le puso la
corona de ganadora. Ese día fue el más feliz de su vida y comprendió que los
niños no siempre expresan su cariño de la misma manera. Por fin la felicidad
regresó a su vida.
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17 comentarios:
Entrañable cuento has escrito, Carmen, una niña con un nombre extraño, pero al final lograron sonriera.
Besos enormes.
Genial, siempre hay una solución estupenda con un maestro de los de verdad...
Mucha añoranza en tu cuento :)
Bss
¿le pusieron el nombre de alguien de la familia? Es un tanto dificil de cargar ese nombre, aunque hay que reconocer que encontraron una creativa solución.
Un abrazo
Hay que ver como nos sorprenden los más pequeños de pasar a tener pavor ir a clase a ser la niña más votada por su digamos difícil nombre ..a veces no nos paramos a pensar lo que el nombre hace de nosotros mismos .
Un buen ejemplo nos has dejado ..me gusto
abrazos feliz noche.
Con los niños todo lo arreglan las votaciones, no pasa igual con los mayores desgraciadamente.
Un aplauso para la profesora. Abrazuco
Buenos días, Carmen:
Una fabulación amena sobre la necesidad que tenemos todos de ser aceptados por nuestros iguales.
Un abrazo.
Linda historia para contar a niños conflictuados que intentan ver la realidad desde una nueva perspectiva.
Un abrazo
¡Cuánto necesitamos sentir cariño!
Y nos sentimos los marietascuchufletas de la vida. Por suetre, a veces, las sonrisas hacen olvidar lo demás.
Besos
Me encantó tu cuento, desde el principio hasta su final. ¡Muy inspirador! Y sobre todo, lleno de esperanza.
Besos
Es que realmente es un nombre muy original y seguro que llamaba la atencion por eso, suerte de las maestras y sus ideas. Muy bueno, gracias por sumarte, besos.
jajaja... buen relato muy entretenido y gracioso,me gusto
Original y muy cierto tu relato.
Beso verdadero.
Gracias María, Molí, Tracy, Fabián, Dafne, El oso, Neo, Nino, Ester, Campirella, Demiurgo, Sylvia y María Liberona. Este cuento me lo inventé para contárselo a mi hija de pequeña.
Un abrazo
Toda moneda tiene dos caras, solo hay que mirar por el otro lado para darnos cuenta que allí lo que vemos es muy diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver en la otra cara. Y aunque la moneda la tengamos en nuestra mano, a veces necesitamos a alguien que nos haga mirar la otra cara de forma y manera a como veíamos la que miramos. Bien por la seño. Felicidades Carmen. Besos
Precioso cuento. Y una gran humanidad de la profesora al tener la grata idea de convocar el concurso
Siempre hay que empatizar con los demás y levantar la autoestima de una persona, si se tiene ganas de hacerlo, no es tan difícil. Sólo hay que querer y tener imaginación.
Hermosa lección de vida y muy bien relatada
Rhodéa Blasón
Un relato precioso y amoroso. Tantas Mariacuchufletas hay... Debería haber más soluciones como esta, que encuentran el camino en que el corazón tome noticia, lo que la cabeza nos hace dudar: del cariño de los demás. Me encantó Carmen!!! besos
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