LA SOLEDAD DEL ENFERMO MENTAL
Hace pocos meses me enteré de su muerte. Lo veía muchas veces por la calle,
unas parecía una persona como cualquiera, hablaba de su afición por la pintura,
e incluso algún cuadro del grupo donde voy a pintar aseguraba que era suyo, la
verdad es que jamás lo supe. Muchos rumores decían que perdió la razón con la
muerte de su mujer; pero en realidad no se sabe a ciencia cierta.
Tú tenías claro cuando se encontraba bien porque se afeitaba la barba, se
cortaba el pelo e iba muy pulido, sin embargo se notaba de lejos si pasaba
una crisis por su aspecto descuidado, la barba larga y el cabello también,
además chillaba a la gente y daba un poco de miedo, mejor era no acercarse, no
sabías lo que podía pasar. Su casa era la clínica mental de Torribera y allí acudía para comer y dormir. Era una persona que se dejaba ver bastante, así que cuando estuvimos tiempo sin verlo pensamos lo peor, y así fue. Una pena, nunca supe lo que verdaderamente pensaba, solo sabía su nombre, Jesús. Descanse en paz.
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10 comentarios:
Un relato donde nos dejas ver que son personas que se les nota su estado más precario en su compostura hacia los hábitos del aseo , sin embargo cuando tienen sus periodos más equilibrados no se nota esa alteración en ellos ..Es una gran pena pero es así la sociedad los aislamos pq tenemos de ellos con sus acciones .
Gracias , por compartir un fuerte abrazo.
Lástima.
Es difícil creer cuanta gente que vemos mal tiene talentos y un admirable pasado.
Espero no sea aquel tipo que me estuvo hablando en Santa Coloma, hace poco más de un año, que en principio me pareció un pesado pero terminé simpatizando con él.
Un abrazo, amiga.
No no era ese loco Juan Carlos, era otro, pero bien podía haber sido. Gracias y gracias Campirela, es un mundo desconocido al que nos da miedo acercarnos.
Un abrazo
Igual que se puede uno morir de pena se puede volver loco y nos resulta tremendamente inverosímil. Y no son locos, son personas que aman, demasiado tal vez: su pareja, sus hijos, su trabajo, su arte...
Nadie está libre de este cáncer.
Un beso grande.
Una historia real como la vida misma.
Un beso.
Esos casos nos ponen sumamente incómodos porque nos damos cuenta que es poco lo que separa la razón de la locura, y que nadie tiene garantizada su cordura. Un abrazo
Pues si los tenemos cerca, puede ser un amigo o un pariente cercano. Notamos sus crisis y nos alejamos supongo que por desconocimiento y por miedo. Muy buen relato que llega al alma, gracias por participar. Besos.
Solo se necesita un detonante..una pequeña chispa para encender la locura que llevamos por dentro...no se sabe como empieza, pero de algo estoy segura, somos seres sensibles, sentimentales, y cualquiera alteración de lamente nos puede llevar a la locura...besitos
Pasan por tu lado como si les separase un muro de cristal del mundo "normal". Nadie sabe si algún día una crisis nos empujará al otro lado y solo entonces sabremos lo que se siente en la frágil cápsula de una mente en tinieblas. Un abrazo
...y el en el cielo sabrá que le comprendiste de corazón; sabrá de tu noble corazón porque en este blog, vimos tu preocupación por alguien al que todo el mundo ignoraba...
Un beso
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