ESTE JUEVES UN RELATO: IMAGEN DISPARADORA DE MUSAS

LAS FIESTAS

Cuando llegan las fiestas del pueblo, las calles se llenan de gente. Todo el mundo sale para disfrutar de las actuaciones y de los espectáculos que se les ofrecen, no se lo pueden perder; porque la verdad es que durante el año hay poco movimiento, parece que disminuya la población; pero cuando al pueblo le das algo, lo agradece; aunque sea una feria pequeña, o un concierto con el grupo de moda. Se pasean contentos por sus calles engalanadas. Uno de esos días Juan había salido al balcón para observar el ambiente de su calle, justo en ese momento vio a su chica que paseaba con paso ligero y firme, entonces él la llamó, pero ella no respondía y decidió bajar a alcanzarla. Ya en la calle comenzó a correr para conseguir llegar a su altura; pero cuanto más corría, parecía que ella se alejaba más, la vio doblar la esquina y él la siguió; pero no lograba encontrarla. De pronto, detrás de un edificio salió María, que contrariada se encaró con Juan recriminándole su persecución, ella quería su libertad, se enfada y lo deja plantado porque ese día quedaron en que cada uno haría la suya; el no se conformaba, necesitaba controlarla y protegerla. Veía como se alejaba por las calles iluminadas, ignoraba hacía donde se dirigía segura de si misma. El, allí parado, no entendía nada, no podía consentir su independencia, ya se lo advirtió: ¡Tú, conmigo y con nadie más!.
María desaparece por una calle sin importarle que su novio se quede solo, Juan acelera el paso, ya no se oía nada, silencio absoluto, él se va difuminando con la obscuridad de la noche.
La fiesta continua, las calles llenas de gente, se divierten sin pensar en nada más, sólo esperan olvidarse de la rutina del día a día y adentrarse en el fragor de la noche