LA MASÍA
CARMEN ANDÚJAR |
Hacía
más de veinte años que no regresaba a casa. Cuando la vi, estaba igual, no
había cambiado nada. De pronto me vinieron a la mente imágenes de mi niñez,
jugando con los animales, ayudando a mi madre a limpiar el gallinero. Es verdad
fui feliz; pero ese lugar también era el culpable de que yo marchara un día y
no regresara hasta hoy. No, no quería aquella casa para nada, era la casa de
mis padres, unos padres que nunca me comprendieron ni aceptaron que yo me
casara con María, nunca cedieron, ni cuando nació su nieto, se puede ser más
rencoroso.
Desde aquella fuente, observaba la imponente
masía rodeada de naturaleza. Si, tenía una belleza especial, no se podía negar;
y aunque en el fondo sentía tristeza por tenerme que desprender de ella, era lo
mejor que podía hacer, además, se encontraba demasiado alejada de nuestra casa
en la ciudad.
Entraré
por última vez. Aún conservan las fotos de cuando era pequeño, en un sitio tan
principal como el comedor. No se olvidaron de mí; sin embargo el orgullo no les
dejó dar el primer paso y yo... Mejor no pensar más, llamaré a la agencia. ¿Qué
es eso? Mi caballito de madera, y está como el primer día que me lo trajeron
los reyes magos, y es tan suave.
Quizás
es muy precipitada mi decisión, me lo pensaré un poco más, siempre estoy a
tiempo de venderla.
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17 comentarios:
Casi siempre esperamos que los demás den el primer paso, quizás lo hicieron, pero estábamos tan ”ofendidos" y esperando algo distinto que no observamos.
Si queremos que algo cambie o se solucione, está en nosotros. Bonito relato, un abrazo.
Siempre es mejor pararse un poco antes de decidir.
Beso meditado.
Un bello cuadro , aunque traiga feos recuerdos tan bien los habrá bonitos y esos es lo más importante , para vender siempre hay tiempo ..las decisiones importantes de la vida hay que tomarlas con calma y serenidad , nunca desde el rencor o el malestar.
Un abrazo y feliz semana.
Ay, esas difíciles decisiones... que parece que tienen la balanza inclinada hacia una respuesta, pero al final nos decantamos por la contraria.
¡Besos jueveros, Carmen!
Los recuerdos se prenden en el estomago y te cambian las decisiones del cerebro. Muy buen final para un relato costumbrista. Abrazos
A veces el rencor se apropia de nuestra vida y nos conduce a un perpetuo desencuentro, cuando nos demos cuenta que quizás no había razones lo suficientemente válidas como para mantener tanto tiempo la distancia, puede que sea demasiado tarde. Todo camino, incluso el del retorno, comienza con un primer paso. No esperemos que sea el otro quien lo de.
Excelente historia. Un abrazo
La protagonista de tu historia hizo lo correcto, contra los recuerdo no se puede luchar es mejor dejarlos en su lugar y visitarlos de vez en cuando.
un relato agridulce... los recuerdos pueden ser así, bellos y tristes, alegres y melancólicos... me gustó tu cuadro porque uno se puede identificar fácilmente.... saludos...
Muy bonito me hace acordar a otra obra de arte . La Macia de Joan Miro , me encantaria un dia conocerlas Un abrazo
Antes que nada, felicitarte pero tu obra, por ese cuadro que pese a traer en la historia un recuerdo como el que explayas, sus colores, esos tonos que parecen velarla con un tul, le dan el realce que precisa.
Un beso enorme.
Precioso relato...
Qué decisión tan difícil de tomar.
Creo que no la venderá, que podrán los sentimientos positivos...
Muchos besos.
Volver a la casa de la infancia despierta,
sin lugar a dudas, infinitos recuerdos y emociones.
Creo que tu relato podría ser una buena introducción
a una novela. Me quedé con ganas de más.
Besos
Gracias Mujer Virtual, Ester,Dafne, Campirela, Tracy, Fabián, JLO, Javier, Magade, Sakkarah, Magade y Myriam. Si, puede ser el principio de una novela, lo pensaré.
Un abrazo
Oh es verdad, a veces los lugares tienen esas sensaciones, querer aferrarnos a lo que es nuestro y que quisimos ser felices y repudiarlos porque alguien nos quitó esa felicidad allí.
Buen relato,
Bss ;)
Gracias Sylvia, si eso pasa muchas veces, la mente entonces noes objetiva.
Un abrazo
Veo que en los recuerdos de lo vivido en La Masía se mezclan los buenos momentos con aquellos no tan buenos. Tal vez no sea el momento de vender la casa aún, los buenos recuerdos influyen positivamente en su decisión de demorar la venta.
Gracias Carmen por sumarte a mi convocatoria.
Un fuerte abrazo.
Cuando no se arreglan los problemas en el momento se convieryen en quistes que, en ocasiones, nos convierten en prisioneros en cárceles de rencor. Y cuando pasa el tiempo uno se da cuenta de que aquello que le hacía sufrir tal ven no era tanto o, simplemente, otra visión de las cosas.
Buen relato. Acorde con un cuadro hermoso. Felicidades
Saludos
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